La cochinilla
Reproducción
La cochinilla tiene diferentes modalidades reproductivas de una especie a otra: generalmente es ovípara, pero no faltan especies ovovivíparas y vivíparas. Además, puede haber hermafroditismo o partenogénesis. El desarrollo se produce en tres etapas: la puesta de huevos, la larva y el adulto. El desarrollo de la larva de la hembra pasa por tres o cuatro etapas, mientras que el del macho tiene cinco. En el adulto, la hembra permanece adherida a la planta huésped, de la que se nutre y pone sus huevos, mientras que el macho es capaz de moverse gracias a la presencia de las alas. El número de generaciones que se crean es muy variable y está muy influenciado por el clima y la especie a la que pertenece: en climas ecuatoriales o simplemente en ambientes protegidos (como invernaderos) el número de generaciones que se desarrollan es mayor.
La alimentación de la cochinilla
La cochinilla tiene una dieta caracterizada por una alta relación carbono / nitrógeno debido, sobre todo, a su escasa movilidad y especialización en fitofagia; una característica, esta última, que comparte con psylla, pulgones y moscas blancas. Esto también explica por qué ataca con más predisposición a las plantas que reciben abundante y constante fertilización y riego con nitrógeno a lo largo del tiempo. Por tanto, su alimentación se caracteriza por la savia que fluye en las plantas hospedantes y los productos de desecho que se originan de esta dieta son el agua y los azúcares, de los que el animal se deshace con la producción de melaza. Esa misma melaza que producen sus primos pulgones y de la que son codiciosas las hormigas que actúan como verdaderas protectoras hacia él (la presencia de esta última en las plantas es siempre una alarma que suena),