A partir del ajo se utiliza el bulbo, que tiene propiedades antimicrobianas y efectos beneficiosos sobre el corazón y la circulación sanguínea.
El ajo está indicado como ayuda en el tratamiento de la hipertensión arterial leve, reduciendo los niveles de colesterol y previniendo enfermedades ateroscleróticas y resfriados.
El ajo ayuda a eliminar toxinas mejorando el rendimiento renal.
También es bacteriostático, antifúngico, cicatrizante y astringente, combatiendo callos, verrugas, costras, manchas cutáneas, dermatopatías, úlceras, entre otros.
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