La abeja es un aliado importante para el jardinero. Este insecto peludo es de hecho uno de los mejores agentes de polinización natural del jardín.
La abeja de la miel está presente prácticamente en todo el mundo. Se encuentra en zonas cultivadas pero también en praderas, jardines y zonas urbanas tanto en zonas templadas como tropicales.
Se les llama «domesticados» por la simple razón de que son criados y domesticados en colmenas hechas por la mano del hombre para la cosecha de miel. Las colonias naturales y salvajes también pueden ocurrir mucho más raramente. Estas colonias se establecen más a menudo en árboles huecos.
Un polinizador sobresaliente
La abeja de la miel es un insecto con un cuerpo peludo. Esta característica física lo convierte en un excelente agente polinizador. Cada vez que se alimenta, el insecto toma polen que lleva el estigma de la flor de otra planta de la misma especie. Al igual que los abejorros y las avispas, la abeja doméstica desempeña así un papel esencial en la fertilización de las plantaciones.
Las forrajeras son todas abejas hembras que se llaman abejas obreras. Tienen una longitud media de 12 mm y se cuentan por decenas de miles en una colmena. Su principal tarea es llevar néctar a la colonia para hacer miel en cantidad suficiente para que todo el enjambre pueda invernar sin quedarse sin comida.
Resultados medibles
Según las observaciones de los científicos de Quebec, la presencia de colmenas aumenta muy significativamente la productividad de los cultivos. Los científicos observan, por ejemplo, que en los cultivos de trébol, la polinización puede cuadruplicar los rendimientos cerca de una colonia. El trabajo de polinización es particularmente eficaz en árboles frutales como el manzano y el naranjo, pero también en plantas de hortalizas como el girasol, el pimiento, las judías y los pepinos.
Hay que tener en cuenta que si las abejas tienen preferencias (brezo, trébol, menta, romero, lavanda, tilo, acacia, castaño, lila, tomillo, sedum spectabile, caryopteris, …), las especies de plantas que buscan varían a lo largo de la temporada.
Una especie frágil
Las recientes controversias sobre el uso de ciertos insecticidas como el Gaucho son un recordatorio de cuán dependientes son estas colonias de la calidad de su medio ambiente. Para ayudar a las abejas a desempeñar su papel de polinizadores, el hombre debe asegurarse de que los plaguicidas se limiten y de que se limiten a un radio medio de 2,5 kilómetros alrededor de la colmena.
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