Este insecto muy común, a veces considerado demasiado presente en nuestros jardines y hogares, tiene una muy mala reputación. Se supone que la avispa, cuyo comportamiento es a menudo incomprendido, es agresiva y peligrosa. Sin embargo, excepto en el caso de sujetos que son alérgicos a sus picaduras, no hay necesidad de preocuparse por su presencia, que es muy natural. Conozcamos a este insecto que no quiere hacernos daño…
La avispa esta desconocida
Las avispas son himenópteros, como todos los insectos de este orden, tienen 4 alas membranosas transparentes. Las alas traseras son más pequeñas y están acopladas a las delanteras por el retináculo.
Las avispas comunes, como los avispones, pertenecen a la familia Vespidae, que incluye unas veinte especies de insectos sociales que viven en colonias muy organizadas con una clara jerarquía.
Las avispas son carnívoras, de ahí su interés por nuestras barbacoas de verano, pero también son formidables insectívoras, depredadoras directas de moscas, mosquitos, larvas de insectos y otras orugas, lo que las convierte en aliadas ideales para el jardinero.
Algunas especies como Vespula vulgaris y Vespula germanica son grandes comensales atraídas por el azúcar, algunos lo aprovecharán para atraparlas en trampas que contienen jarabe o cerveza que disfrutarán antes de ahogarse en él. Sin embargo, este insecto no quiere hacernos daño: simplemente es atraído por los olores que emanan de nuestras comidas, se detiene a probar, a veces toma su parte, y luego se va.
La avispa nunca pica sin razón, a menos que se sienta atacada o sea atrapada inadvertidamente por una mano desatenta o una rodilla doblada demasiado rápido. ¡No hay necesidad de temerlo! Su picadura, a menudo accidental, es dolorosa pero benigna en la mayoría de los casos. Sólo las personas alérgicas deben tener cuidado y evitarlas en la medida de lo posible, ya que una inyección es una absoluta emergencia médica para ellas y deben ser tratadas lo antes posible, de lo contrario podría resultar fatal.
Una colonia muy organizada
Las colonias de avispas están refugiadas en nidos llamados «avispas». Un nido es el trabajo de una sola hembra fundadora que ha sobrevivido al nido de invierno anidado en el refugio de un árbol hueco, una grieta en la roca o un rincón de un edificio.
Tan pronto como lleguen los días soleados, construirá un pequeño nido hecho de pulpa de papel a partir de la masticación de la corteza de madera y su saliva.
Este nido, provisto de celdas hexagonales, recibirá su primera puesta de huevos que dará a luz después de un paso al estado de larva, a las obreras.
Son hembras estériles, que aumentarán la capacidad del nido y cuidarán de las larvas mientras la hembra fundadora se dedica a poner huevos. En verano, surgirán machos y hembras fértiles. La primera helada pondrá fin a esta generación, dejando sólo las hembras fecundadas, las futuras fundadoras del nido, vivas la próxima primavera.