Ya sea un jardinero profesional o aficionado, su jardín no siempre es tan verde como desearía. Cuando se trata de césped, hay 7 preguntas frecuentes sobre cómo tratarlo para que parezca una verdadera alfombra de lujo… te daremos las respuestas que buscas.
1. ¿Necesito regar el césped todos los días?
No. Aunque el agua es crucial para la salud de la hierba, ya que le proporciona los nutrientes esenciales para crecer y reproducirse, el exceso de agua puede disipar estos nutrientes y, al mantener la hierba húmeda durante mucho tiempo, la hace susceptible a enfermedades y plagas. Demasiada agua puede ser tan perjudicial como una sequía, es decir, en esta materia se necesita sobre todo sensibilidad y sentido común. En términos de sensibilidad, es importante que conozca el tipo de suelo que tiene, es decir, un suelo orgánico rico en nutrientes no necesita tanto H2O como un suelo arenoso o arcilloso. Para disipar todas las dudas, analice su suelo con un medidor de pH: en el primer caso, sólo riegue muy bien una vez por semana y en el segundo, dos veces por semana, en lugar de regar poco todos los días. En términos de sentido común, sepan que la hierba no necesita más de 2,5 cm de agua por semana, incluyendo lo que llueve. Además, ahorrar agua está a la orden del día.
2. ¿Debo cortar el césped siempre cerca del suelo?
No. Hay un mito común de que los céspedes más bellos y saludables son los que están cortados cerca del suelo, pero eso no es cierto. Cortar el césped demasiado corto, especialmente en los meses más calurosos del año, lo somete a una tensión excesiva. Para ser atractivo, un césped debe ser cortado y regular y no necesariamente corto. Lo ideal sería que la hierba se mantuviera a una altura de 7-7,5 cm y se cortara más a menudo.
3. ¿Un césped sólo se ve más verde y saludable con el uso continuo de fertilizantes, pesticidas y herbicidas?
No. La salud y la belleza visual de la hierba sólo depende de una cosa crucial – un suelo excelente, tanto en términos de estructura como de textura – un suelo sano permite una fácil absorción de agua, aire, nutrientes y raíces, todo lo que se necesita para estar al 100%. Si bien la rápida acción de este tipo de productos produce instantáneamente una hierba más hermosa, tienen más desventajas que ventajas: matan los microorganismos necesarios para mantener el suelo sano, ahuyentan los gusanos del suelo, estimulan el crecimiento de la propia hierba pero estancan el de las raíces; además de ser perjudiciales para nosotros, los animales domésticos y el medio ambiente.
4. ¿Necesito aplicar fertilizante todos los meses?
No. Si tienes un suelo de buena calidad, la hierba sólo necesita ser fertilizada dos o tres veces al año; incluso una hierba menos nutrida no requiere más fertilizante que la bimensual. Además de obtener el fertilizante adecuado, sepa que los tipos de hierba a los que les gusta el calor deben ser fertilizados en el verano alto y los que florecen en las estaciones más frescas deben ser fertilizados a principios de la primavera y luego a principios del otoño.
5. ¿Y el herbicida?
No. Existe la idea – equivocada – de que las malas hierbas son más poderosas que la hierba y pueden dañarla completamente de la noche a la mañana. No subestime su hierba: si puede mantenerla sana, dentro de un año o dos será perfectamente capaz de resistir incluso a las malas hierbas más persistentes.
6. ¿Y el pesticida?
No. Considerado el remedio correcto para acabar con las plagas que se instalan en el césped, los jardineros olvidan que por ser unos productos químicos tan poderosos, los pesticidas acaban eliminando incluso los insectos que son beneficiosos para el jardín. El resultado es un desequilibrio en el ecosistema de hierba natural y la contaminación ambiental. Los plaguicidas no deben utilizarse como método preventivo, sino sólo para tratar un brote cuando éste se produzca realmente. En tales casos, trate de utilizar un plaguicida que sea tan orgánico y menos tóxico como sea posible.
7. ¿Debería tirar la hierba cortada?
No. Por regla general, se añade la hierba cortada y se tira, sin embargo, debe dejarse exactamente donde está para que asuma el papel de fertilizante orgánico y nutritivo. Lleno de nitrógeno, fósforo, potasio y otros nutrientes esenciales para la salud de la hierba, es importante aprovechar este recurso natural. Si no te gusta este aspecto «desordenado», añade la hierba cortada y úsala como abono orgánico, vertiéndola sobre la tierra de otras plantas para impulsar su crecimiento saludable.
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