Aceite esencial de lavanda: notas históricas
Aceite esencial de lavanda: propiedades
Como ya se mencionó anteriormente, el aceite esencial de lavanda es un excelente aliado en caso de dolores de cabeza, insomnio, cistitis y dolor menstrual. Sin embargo, son absolutamente notables también sus propiedades sedantes capaces de calmar la ansiedad, el estrés, la agitación y el nerviosismo; así como sus fuertes capacidades antisépticas, antibacterianas y antiespasmódicas. Gracias a ellos, de hecho, este aceite puede aliviar dolencias como tos, gripe, dolor de garganta, inflamación del tracto urinario y espasmos abdominales; y también puede acelerar significativamente el proceso de curación de la piel en caso de quemaduras. Finalmente, sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas también pueden ser de especial utilidad, que ayudan en presencia de reumatismo, distensiones musculares y estancamiento linfático.
Aceite esencial de lavanda: contraindicaciones
El aceite esencial de lavanda es universalmente considerado un producto seguro, ya que no presenta ningún tipo de contraindicaciones. Debe recordarse, sin embargo, que en casos de hipersensibilidad a uno de los componentes del aceite, sería recomendable buscar el consejo de su médico de cabecera antes de proceder con la ingesta. Estos, de hecho, también podrán indicarte las dosis más adecuadas para ti, ya que las cantidades varían según el sexo y la edad. En cuanto a los efectos secundarios, entonces, si se usa en exceso, el aceite esencial de lavanda puede causar eczema y dermatitis cutánea; mientras que, si se ingiere por vía oral, incluso puede provocar la muerte por convulsiones. Cabe señalar, de hecho, que el extracto de lavanda solo se puede utilizar para usos externos y nunca internos.