La planta de laurel
Agua y laurel para la digestión.
En caso de problemas digestivos, con agua y laureles posible preparar una infusión milagrosa. Puede resultar especialmente útil en caso de atracones navideños. Lo primero que hay que hacer es calentar unos 120 ml. de agua que corresponde más o menos a una taza, teniendo cuidado de que no hierva. Mientras tanto, rompe las hojas de laurel y ponlas en la taza. Cuando el agua haya alcanzado la temperatura, viértala en la taza y cúbrala con una tapa. Dejar reposar aproximadamente un cuarto de hora y agregar una cucharadita de miel para endulzar. Para potenciar la infusión se puede añadir una cáscara de limón (sin la parte blanca que es bastante amarga) y es recomendable consumirla cuando aún esté muy caliente. Laurel es bastante conocido por su poder para detener la disentería,
Agua y laurel para problemas respiratorios.
El agua y el laurel, aunque son productos naturales, cuando se combinan tienen el mismo poder que los productos del mercado que permiten desatascar las tuberías. De hecho, la infusión de laurel está recomendada para quienes padecen problemas respiratorios, especialmente en presencia de flemas. Para estos problemas están indicadas las flores secas, que a diferencia de las hojas deben permanecer en infusión durante al menos media hora. Para un litro de agua necesitas 40 gramos de flores de laurel. Esta infusión también se recomienda para bajar la fiebre, y consumida muy caliente promoverá la sudoración y permitirá una curación mucho más rápida. No ha habido efectos secundarios por tomar infusiones de hoja de laurel, pero es aconsejable informar a su médico en caso de que tenga algún síntoma extraño.
Bayas de laurel
La planta del laurel, además de producir hojas y flores con conocidas propiedades curativas, también produce bayas, similares a las aceitunas negras muy pequeñas, que han demostrado ser especialmente eficaces para solucionar algunos problemas estacionales como la gripe y el resfriado. Para consumir bayas de laurel es necesario secarlas por completo y son mucho más efectivas que las hojas porque contienen muchos más aceites, entre ellos: eugenol, terpineol y eucaliptol. Una vez secos, deben triturarse y reducirse a polvo con la ayuda de un mortero, y pueden almacenarse en un recipiente de hojalata. La dosis indicada es de 2 cucharaditas al día, pero siempre es mejor pedir consejo a un herbolario experto. Para una infusión aún más eficaz, además de agua y laurel,
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