El riego de alcaparras
Cómo cuidar las alcaparras.
Las alcaparras son plantas que también pueden crecer de forma espontánea donde el clima lo permite. Sin embargo, eso no significa que el cultivo sea tan simple. Se deben seguir estrictamente las precauciones necesarias para obtener una buena cosecha. Sembrar la alcaparra a partir de un sobre de semillas es mucho más difícil que partir del esqueje. Podremos tomar una rama leñosa de la planta madre, eligiendo un ejemplar bien desarrollado y sano. Sería útil disponer de un producto de enraizamiento que podamos comprar en una tienda especializada. Cuando el esqueje haya echado raíces, la plántula joven crecerá como una copia idéntica al original. En la primera fase de desarrollo será importante evitar exponerlo al frío y durante la temporada invernal sería mejor llevarlo en interiores, en un lugar resguardado de los agentes atmosféricos.
Suelo y fertilización
Para el cultivo en macetas podemos elegir un suelo universal muy común. Lo enriqueceremos con productos especiales como abono granulado, sin exagerar con las dosis. En el caso del cultivo a campo abierto, sin embargo, solo tendremos que asegurarnos de que la planta tenga el drenaje adecuado. Las alcaparras favorecen los suelos bastante pobres y crecen bien incluso sin fertilización suplementaria. Sin embargo, es importante preparar un sustrato óptimo, si es necesario agregando arena y turba. Hay que considerar que el hábitat ideal de las alcaparras es un suelo donde existen capas de roca. Podría ser útil insertar escombros en la tierra para intentar simular el entorno óptimo para el crecimiento espontáneo.
Alcaparras: exposición, clima, enfermedades y cosecha.
Si tenemos una pared o una zona soleada con desniveles, ese es el lugar ideal para cultivar alcaparras. La planta de alcaparras, de hecho, se desarrolla bien hasta temperaturas tórridas de más de 35 ° C. Por otro lado, no tolera inviernos extremadamente fríos donde las temperaturas bajan hasta los cero grados. En este caso sería recomendable cultivar la planta dentro de las macetas para poder repararla moviéndola dentro de una veranda o terraza. La ubicación ideal es a pleno sol, donde llega la radiación directa durante la mayor parte de las horas diarias. La alcaparra generalmente no es atacada por plagas, insectos y enfermedades.
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