Generalidad
Clima y terreno
El alerce se naturaliza en el norte de Italia, en Liguria, Piamonte, Valle de Aosta, Lombardía, Véneto, Trentino y Friuli, entre 0 y 2400 metros sobre el nivel del mar. Prefiere posiciones abiertas y aireadas sobre suelos arenosos o pedregosos muy bien drenados, prácticamente en cualquier condición de pH y también en condiciones de infertilidad, a pleno sol y lejos de la contaminación atmosférica que lo daña visiblemente. Ama los inviernos secos y fríos, puede tolerar exposiciones marítimas y crece sin problemas en pendientes rocosas y pedregosas. Puede formar maderas puras o asociarse con otras coníferas como abeto, pino piñonero, pino. Resiste muy bien las nevadas, requiere una cierta cantidad de lluvia anual y es completamente rústico, aunque las heladas tardías o los vientos helados fuera de temporada pueden dañarlo gravemente cuando es joven.
Técnicas de planta y cultivo.
El alerce se propaga por semilla a fines del invierno después de un mes de estratificación en frío para ayudar a la germinación que ha tenido lugar. Las plántulas deben trasplantarse lo antes posible y, en cualquier caso, colocarse a la sombra durante al menos un año. También se pueden plantar durante el primer verano de vida, cuidando de protegerlas de las malas hierbas con mantillo y del frío durante su primer invierno. Alternativamente, se pueden plantar a principios del verano siguiente. Las variedades se propagan por injerto. Soporta el trasplante mucho mejor que otros congéneres cuando está inactivo. El alerce es una planta muy ornamental tanto por su porte como por el cambio de color de sus agujas a lo largo de las estaciones, y porque las flores femeninas y los conos son ornamentales. Ideal en grandes superficies, en jardines con vocación natural donde pueda atraer aves, tanto aisladas como en grupo. Los cultivares pendulares se pueden usar en áreas más pequeñas y en contenedores grandes. Las hojas cortadas se pueden utilizar en arreglos florales.
Parásitos y enfermedades
Recordamos los ataques de hongos que causan la pudrición de la raíz o del collar, la descomposición de la madera, la descomposición y la desecación. Entre los parásitos recordamos pulgones, ácaros, cochinillas, varios escarabajos de la corteza, procesionarios y polillas de diversas especies, y la Colephora del alerce.
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