El nombre pitaya es de origen español y es un nombre que se le da a los frutos de diferentes tipos de cactus. La palabra pitaya significa fruto de escamas.
Existen numerosas especies de pitayas que se encuentran en las regiones arenosas del Cerrado o en Restingas en Bahía y Río de Janeiro.
La fruta se conoció más recientemente entre los brasileños, pero es típica de México y ampliamente consumida por los asiáticos.
También llamada Fruta del Dragón, por su similitud con los míticos huevos de dragón, con escamas y colores llamativos, la pitaya se ganó el corazón brasileño y actualmente es la favorita del momento, consumiéndose fresca y también a través de su crema helada.
La pitaya es una planta rústica y resistente, siendo ideal para quienes están comenzando a practicar la agricultura orgánica, urbana o rural.
¿Cómo plantar?
La pitaya es una planta muy versátil y se puede plantar en grandes canteros y espacios abiertos, así como en macetas domésticas y estructuras tipo helecho.
Esta planta no requiere de muchos cuidados relacionados con el manejo, siendo una gran opción para cultivar en casa con niños o para quienes tienen poco tiempo libre, pero quieren tener una hermosa planta.
Plantar pitaya en macetas es posible, además de ser una opción práctica. Además, los jarrones se pueden colocar en el suelo o colgar en las paredes. La planta se adapta fácilmente y puede crecer como un árbol, hacia arriba, o como un helecho, hacia abajo.
La pitaya es una planta con gran potencial ornamental, ya que posee flores grandes y llamativas, con un diámetro promedio de 20 cm; tallos articulados, angulares y frutos de colores de aspecto exótico.
¿Cómo hacer las plántulas?
Primero, debes aprender a plantar pitaya orgánica. Para ello, escuela una de dos formas de obtener plántulas:
Por semillas
Retire las semillas de los frutos maduros, sepárelos, lávelos con agua corriente y siembrelos inmediatamente. Las plántulas deben tener arena lavada o sustrato específico para la producción y propagación de plántulas.
Las semillas comienzan a germinar 8 o 12 días después de la siembra. En este proceso, el riego debe ser diario y moderado, sin empapar el sustrato.
Después de que aparecen las plántulas, el intervalo de riego aumenta, ya que las plántulas se pudren fácilmente. Después de 5 meses, realice el trasplante. Elige las plantas más vistosas que midan entre 15 y 20 cm de altura y plantéalas en macetas con una profundidad mínima de 40 cm, con un suelo más ligero y bien drenado.
Coloque esquejes
Tome los esquejes de plantas adultas productivas, seleccione una “planta madre” saludable que produzca frutos de calidad. A la hora de retirar los esquejes respeta las articulaciones características de la planta, ya que será de este espacio donde emergerán las raíces de tu nueva planta.
Plante esquejes en recipientes oscuros con suelo fértil y bien drenado. Riégalo diariamente y con moderación durante los primeros 30 días. Después de este período, las plántulas tendrán la cantidad necesaria de raíz para permitir el trasplante.
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