Para iniciarse en este difícil arte del cultivo en maceta, los principiantes prefieren comprar un bonsái ya formado. ¡Error!
Hay dos formas distintas de empezar en la cultura del Bonsái. O bien se compra ya moldeado en un supermercado o en una guardería, o se «hace» con esencias locales.
Bonsái ya formado
Los bonsáis disponibles comercialmente, especialmente en los supermercados o en los viveros no especializados, están generalmente hechos de especies tropicales que no están adaptadas a nuestros climas. Son erróneamente gravados como bonsáis de interior. Su precio varía entre 5 y 30 euros, por lo que son muy accesibles pero no están hechos para durar! En el 90% de los casos, estos bonsáis morirán lentamente o más rápidamente según su calidad y los cuidados de sus dueños para mantenerlos vivos. Cultivadas en la cadena en Asia, son ni más ni menos que las plantas ornamentales clásicas. Decepcionantes por su fragilidad, estos árboles en miniatura tienen poco que ver con los verdaderos árboles bonsái cultivados con amor y paciencia por aficionados. Y si facilitan el comienzo, ¡revelarán muy rápidamente sus límites!
Bonsái creado por uno mismo
Después de ser decepcionados por un bonsái «de interior» que fue condenado a un corto plazo, la mayoría de los principiantes atraídos por el arte de los bonsáis continúan con una creación personal. Más difícil de acceder pero también mucho más gratificante, la creación de un bonsái cumple unas cuantas reglas. En primer lugar, para asegurarse de que el árbol está bien aclimatado, se recomienda elegir una especie común de su área geográfica. En este punto, el enfoque es muy similar al del jardinero.
¡Para un hermoso jardín, nada supera a las plantas que se encuentran en la casa del vecino! Y casi todas las especies son adecuadas para los bonsáis. Para asegurar un resultado estético, el principal argumento para la elección será el tipo de follaje. Elija un follaje más bien pequeño y apretado para un mayor equilibrio y facilidad de uso. Otro consejo: cuanto más rústica sea la especie, mayores serán las posibilidades de éxito. Finalmente, es mejor empezar en una maceta grande, que siempre se puede reducir al recortar y replantar. Si al principio el bonsái personal no se parece realmente a un bonsái, puede después de varios años convertirse en una escultura viviente del mejor gusto. El aficionado puede modificar la altura pero también la dirección de crecimiento del árbol como desee o incluso empequeñecer las hojas (el tamaño de las flores y los frutos nunca puede ser cambiado).
¡Paciencia, entonces!