La flor de Abisinio es una herbácea, pertenece a la familia de las Crassulaceae, originaria de Madagascar, anual, suculenta, erecta, sin ramificar, de 0,50 a 1 metro de altura y muy ornamental.
Hojas cilíndricas, de color verde azulado con manchas transversales violáceas oscuras, en cuyos ápices se forman racimos de plántulas de 10-12 cm de largo.
Inflorescencias terminales corimbosas, con un pedúnculo largo que las dispone muy por encima del follaje, con flores en forma de tubo, vistosas, de color rojo anaranjado. Aparecen en otoño.
La flor de abisinio muere después de la floración y pueden surgir nuevos brotes de las raíces.
Se utiliza en la decoración de jardines, formando grumos y también desarrollándose bien en macetas. Se cultiva principalmente en jardines de rocas.
Cuidados
La planta debe cultivarse a pleno sol o media sombra, siempre que reciba al menos 4 horas de luz solar directa al día.
No es quisquilloso con el suelo, siempre que esté bien drenado, con poco riego. El exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces y la proliferación de hongos. Tolerante a la sequía, ya que retiene mucha agua en sus hojas.
La flor de abisinio es una planta tóxica, contiene toxinas en la savia. Mantenga la planta alejada de los niños y los animales.
Su propagación se realiza por pequeñas plántulas que al caer al suelo enraizan y comienzan a crecer formando una nueva planta, y por plántulas que aparecen en la base de la planta adulta.
En algunas zonas se considera maleza, por su gran capacidad de reproducción, pero sus raíces son poco profundas y se pueden quitar fácilmente.
