Natural de América del Sur, esta planta, que pertenece a la familia de las orquídeas, suele florecer desde la primavera hasta principios del verano, con flores fragantes que duran unos 30 días.
Cómo cultivar la Playa Sumaré
El cultivo de esta planta no es muy misterioso. Lo ideal es plantar en macetas grandes o directamente en el suelo, haciendo una mezcla de sustratos: turba fertilizada, arena gruesa lavada, tierra vegetal y humus de lombriz. Haga una capa de drenaje en el fondo de la olla, usando arcilla expandida o astillas de piedra.
El clima ideal para la playa Sumaré
Vamos, calor. A la playa Sumaré le gusta el sol pleno y fuerte; si tiene un jardín muy soleado, ahí es donde debería estar. Sin embargo, debe tener cuidado con el riego, especialmente durante la primavera y el verano.
Lo ideal es regar las plantas a primera hora de la mañana o al final de la tarde, sin excesos, claro. En invierno, la planta suele irse a dormir y es el momento de reducir el riego. Su fertilización se puede realizar periódicamente con materia orgánica.
Florece entre la primavera y principios del verano, en tallos de flores sobre el follaje, que contiene alrededor de 150 flores, de 2,5 a 4,0 cm de diámetro cada una, fragantes y que duran unos 30 días. Esta orquídea no ofrece recompensas a sus polinizadores.
Ocurre en elevaciones que van desde el nivel del mar hasta los 1.100 m. Goza de un clima templado a cálido, vegetando en suelos arenosos o rocas. Debe cultivarse en macetas de plástico grandes con las siguientes sugerencias de sustrato.
Uno preparado con una mezcla de una parte de turba fertilizada, dos partes de arena gruesa lavada, una parte de tierra vegetal y una parte de humus de lombriz con fondo de drenaje o sustrato preparado con tres partes de arena, una parte de carbón vegetal, una de corteza de pino y una de grava.
También se puede cultivar en camas, directamente en el jardín, en literas preparadas con buen drenaje y utilizando uno de los sustratos anteriores.
Debe cultivarse a pleno sol, con riegos frecuentes en primavera y verano, pero sin regar. Durante el invierno, la planta entra en letargo, momento en el que debemos reducir el riego.
Tenga mucho cuidado con los brotes jóvenes que tienden a pudrirse con el exceso de agua. La fertilización mensual se puede realizar con abono orgánico tipo AOSP o similar, esparcido sobre el sustrato.
También está indicado un NPK equilibrado y duradero del tipo cote, con la dosis según las indicaciones del fabricante.
El rango de temperatura para su crecimiento es amplio, oscilando entre los 11 y los 32ºC. Aunque es una planta a pleno sol, en una orquídea se puede sombrear al 30%, y lo ideal es que la luminosidad sea superior a 52.000 lux.
Goza de una humedad relativa del 60 al 70%, con buena ventilación. Su multiplicación se realiza dividiendo los racimos, quedando cada nueva plántula con al menos cuatro pseudobulbos adultos interconectados por el rizoma, bien enraizados y con un brote guía.