La roseta de piedra es una planta suculenta estolonífera, originaria de Japón, que se caracteriza por sus delicadas rosetas con hojas redondeadas, que se asemejan a pequeñas flores.
Sus estolones son de color claro, glabras, y crecen en gran número, en forma horizontal, con pequeñas rosetas que se forman en espacios regulares, de unos 6 cm, dando así el aspecto de una planta abierta, como una alfombra de encaje.
Las hojas son obovadas, firmes y de color gris, con matices lila o rojo. Se agrupan en rosetas globosas, más o menos densas, de 2,5 a 5 cm de diámetro.
A partir del segundo año después de la siembra, la rosa de piedra florece, generalmente en otoño, en inflorescencias largas, compactas y erectas, en forma de cono, que emergen del centro de cada roseta con numerosas flores de color crema.
Las rosetas que dan lugar a las flores mueren después de la floración, no sin antes dar paso a nuevas rosetas.
La exuberante floración de las rosas de piedra, en el paisajismo y decoración, es una suculenta muy versátil. Se puede plantar en macetas y babero, que forrados con él son muy agraciados.
Los estolones crecen fuera del jarrón, volviéndose colgantes con una belleza romántica. Por ello, es interesante cultivarlos en jarrones y cestas colgantes también, que se pueden admirar desde arriba.
La pequeña altura y el inusual color gris violáceo lo convierten en una excelente opción para composiciones, utilizadas como revestimiento y relleno con otras especies, ya sean suculentas, cactus o plantas aptas para jardines con poca necesidad de agua.
Como terrarios, jardines de hadas, suculentas pinturas y otras mini composiciones que son tan calientes. En el jardín exterior, por los mismos motivos, sirve como revestimiento, aportando una textura delicada y un color que contrasta con otras especies.
Excelente para jardines áridos inspirados en el desierto y entre paredes de roca y muros de contención. Como no tolera el pisoteo, no es recomendable utilizarlo en caminos o pasadizos. Es fácil de cultivar, por lo que es adecuado incluso para jardineros novatos y olvidados.
Debe cultivarse en un lugar soleado, ya sea bajo sombra completa o media sombra, en suelo bien drenado y riego espaciado, para que el suelo se seque entre riegos.
Es muy sensible al exceso de humedad, lo que lo hace susceptible a enfermedades fúngicas y bacterianas. Regar durante la mañana, evitando mojar las hojas, para que por la noche se disipe el agua acumulada.
Esta especie es muy tolerante al frío, pudiendo sobrevivir a temperaturas inferiores a -34ºC. Durante el invierno cesa su crecimiento y se reanuda durante la primavera.
En lugares muy secos y cálidos, se desarrolla mejor en semisombra. En climas templados, es mejor cultivarlo a pleno sol y así obtener rosetas más densas y hermosas.
Su multiplicación se realiza fácilmente cortando las hojas y separando las rosetas que forman cada segmento del estolón.