Mandacaru es un cactus originario de Brasil, adaptado a las condiciones climáticas de la región semiárida. También conocido como cardeiro, jamacaru, mandacaru-facheiro, jumucuru, jumarucu, entre otros. La planta alcanza hasta 6 m de altura y tiene una forma que puede parecerse a una lámpara de araña.
Aunque se puede encontrar aquí y allá, es parte del paisaje típico de la región semiárida del noreste de Brasil, donde tiene varios usos: alimentación e hidratación de animales durante la sequía, extracto de pulpa como remedio para la gastritis y cistitis, leña para empezar con fuego, fruta para pájaros, etc.
Mandacaru es importante para la restauración de suelos degradados, sirve como cerca natural y alimento para los animales. La planta espinosa sobrevive a las sequías debido a su gran capacidad para captar y retener agua.
Esparcir las semillas, los pájaros y el viento ayuda al nacimiento y crecimiento del mandacaru en las áreas rurales. Debido a la ausencia de hojas, la especie no da sombra y las espinas ayudan a defenderse de los animales herbívoros.
Las frutas y flores de Mandacaru sirven como alimento para pájaros y abejas. La planta está protegida por una cutícula gruesa que bloquea la pérdida excesiva de agua. Las flores son blancas y florecen por la noche, marchitándose al amanecer.
El fruto tiene un fuerte color violeta y pulpa blanca con diminutas semillas negras, que sirven de alimento a las aves de la región. También es comestible para los humanos.
Luego de un proceso que comienza con la remoción de la espina, el mandacaru sirve como alimento para los animales y es uno de los pocos recursos disponibles en períodos de larga sequía. Mandacaru también se utiliza como planta ornamental, además de nombrar sitios, pueblos, barrios y ciudades.
El proceso de adaptación del mandacaru a la región semiárida tomó millones de años. Sin embargo, la existencia de la especie está bajo control. Las acciones humanas, con la deforestación y las enfermedades son amenazas para la permanencia de este cactus en el bioma de Caatinga.
La extinción del mandacaru representará una pérdida para el medio ambiente y para la agricultura.