En los lugares más inhóspitos de la Tierra, desde los límites de los círculos polares hasta los áridos desiertos, los líquenes imprimen colores vivos y dibujan formas sugerentes en las rocas rocosas, en el cono de volcanes activos y en las laderas de las montañas.
Los líquenes son asociaciones mutualistas entre algunas especies de hongos y algas (principalmente algas verdes y cianobacterias). En estas asociaciones, los hongos se denominan micobiontes y las algas, que son organismos fotosintéticos, fotobiontes. El nombre científico de liquen es el nombre científico del hongo presente en la asociación.
Las algas asociadas a él son casi siempre unicelulares y, cuando están aisladas, son muy sensibles a la iluminación excesiva y al calentamiento solar, así como a la escasez de agua.
Juntos, sin embargo, pueden vivir en condiciones que normalmente ni los hongos ni las algas podrían soportar por separado.
El hongo absorbe, además de la escasa agua que aporta el sustrato, la humedad del aire y las sales minerales que aporta el polvo. El alga recibe estas dos materias primas y, gracias a la clorofila y la luz solar, absorbe el dióxido de carbono directamente de la atmósfera y realiza la fotosíntesis, que le proporciona el alimento orgánico esencial para su nutrición y la del hongo.
La red de filamentos del hongo proporciona una cubierta protectora contra el exceso de luz solar y, en muchos casos, es tan espesa y de textura tan compacta que las algas pueden soportar temperaturas extremas.
Además, el hongo proporciona a las algas dióxido de carbono excretado por su respiración, así como ciertos ácidos orgánicos, incluido el oxálico. Este tipo de asociación, en la que ambos competidores gozan de ventajas, se denomina simbiosis.
Así, los líquenes pueden crecer en lugares y condiciones donde ninguna otra planta crece: en la corteza de los árboles, en el suelo, en las arenas del desierto, en las rocas duras y lisas de montañas de hasta seis mil metros de altitud, en los bordes de cráteres de hielo volcánico y polar.
Aunque crecen muy lentamente, los líquenes pueden vivir durante siglos. Sin embargo, son muy sensibles a los gases y partículas de humo de los que siempre está saturado el aire urbano y, por tanto, no se encuentran en las ciudades y sus alrededores. Su ausencia es un signo inequívoco de contaminación atmosférica.
En cuanto a la morfología externa, los líquenes pueden ser filamentosos, foliáceos, fructíferos, crustáceos y gelatinosos. Dependiendo de dónde crezcan, pueden cultivar corcho, si viven en la corteza de los árboles; terrestre, si está en el suelo; y litofitas o petriculturales, si están sobre rocas.
Organización
En la constitución de los líquenes se distinguen dos sistemas: el vegetativo y el reproductivo. El vegetativo está formado por un cuerpo (tallo) y rizoides que sirven de fijación y absorción. El cuerpo está formado por hifas, filamentos del hongo, íntimamente adheridos a las gónidas, células de un alga verde o azul, que penetra a través de unas ramas llamadas haustorios.
El sistema reproductivo está formado por órganos llamados soredia. Cada soredium está formado por unas células de algas, íntimamente adheridas a los filamentos del hongo. Las soredias se forman en cualquier parte de la capa exterior de líquenes y son fácilmente transportadas por el viento a grandes distancias; donde caen, pueden reconstituir el tallo del liquen.
Cuando los líquenes alcanzan cierta madurez, los órganos sexuales se forman en el tallo, los órganos sorales, formados únicamente por ascos, filamentos diferenciados del hongo, que producen una gran cantidad de células reproductoras llamadas esporas.
Características generales de los líquenes
Los líquenes se adhieren a sustratos específicos, como ciertas partes de árboles, rocas y suelo. Tienen diferentes colores y formas, que suelen estar determinadas por el hongo, que ocupa la mayor parte de su cuerpo y se llama tallo.
Tienen diferentes tamaños, desde tallos casi microscópicos hasta los de varios centímetros. En algunas especies, las algas se distribuyen uniformemente sobre el tallo; en otros, forman una capa distinta (en este caso, los líquenes se denominan estratificados).
Los líquenes estratificados se pueden clasificar según la forma de crecimiento en el sustrato:
* Crujiente: aplanado y firmemente adherido al sustrato, el tallo es similar a una costra y está fuertemente adherido al sustrato;
* Con sabor a fruta: erecta y generalmente ramificado, el tallo es similar a un casquillo y tiene una posición erecta ;
* Folioso: se asemeja a las hojas, el tallo es parecido a las hojas .
Los líquenes están ampliamente distribuidos y habitan en las regiones más diferentes. Los líquenes suelen ser organismos pioneros en un solo lugar, ya que sobreviven en lugares de gran estrés ecológico.
Pueden vivir en lugares como superficies rocosas, hojas, suelo, troncos de árboles, picos alpinos, etc. Hay líquenes que son sustratos para otros líquenes.
La capacidad del liquen para vivir en lugares de alto estrés ecológico se debe a su alta capacidad de desecación.
Cuando un liquen se seca, la fotosíntesis se detiene y no sufre de mucha iluminación, escasez de agua o altas temperaturas. Debido a esta baja tasa de fotosíntesis, los líquenes tienen una baja tasa de crecimiento.