El rocío es una pequeña planta perenne con hojas basales en forma de roseta, provistas de pelos con células glandulares en la parte superior y marginalmente.
Drosera comprende uno de los géneros más grandes de plantas carnívoras con al menos 194 especies.
Sus tallos son erectos y floríferos, de hasta 20 cm, con pequeñas flores de unos 5 mm de diámetro, blancas y recogidas en inflorescencias. Fruto capsular ovoide con numerosas semillas aladas.
Se encuentra en todo el norte de Europa, gran parte de Siberia, en gran parte del norte de América del Norte y Japón, y también en Nueva Guinea. Drosera es un nombre griego para «rocío», erotundifolia es un nombre latino para «hojas redondeadas».
El rocío es una planta carnívora de hábitos insectívoros que crece en zonas pantanosas y libera un líquido endulzado que atrae a los insectos a la emboscada. Sus hojas redondeadas están cubiertas de tentáculos rojos que secretan una sustancia pegajosa llamada mucílago, que a menudo se ve reluciente en la mañana húmeda.
Cuando un insecto entra en contacto con esta sustancia, queda atrapado y los tentáculos lo involucran, en un proceso que dura unos 20 minutos. Luego se liberan enzimas para digerirlo. Las flores son blancas y pequeñas, reunidas en cumbres fauciflorales, presentando 5 sépalos, 5 pétalos, 5 estambres y 3 estilos.
Las células glandulares secretan gotitas brillantes de un líquido pegajoso con olor a miel que atrae y atrapa insectos. Luego se desencadena un estímulo químico que hace que los pelos se doblen hacia el centro de la hoja, atrapando a la presa.
Luego, entran en acción las glándulas digestivas que producen secreciones que iniciarán la disolución y digestión de las sustancias corporales de la presa. Otros cabellos absorben compuestos nitrogenados resultantes de la digestión. También presenta hábitos fotosintéticos.
Habita en turberas de sphagnum (Sphagnum sp), prados inundados y turba de montaña, preferentemente en suelos ácidos y pobres en nutrientes.
La destrucción de turberas, ya sea por contaminación, incendios, drenaje para plantaciones resinosas o por la explotación de turba, es un factor que puede poner en peligro su conservación.
Explotación económica
Las hojas de esta planta han evolucionado hasta convertirse en auténticas trampas especializadas para la captura de insectos, lo que les permite proliferar en hábitats extremadamente pobres en nutrientes.
Cuanto menos influya el agua corriente en las turberas, más competitivo se vuelve el rocío.
