Calliandra, que también se conoce como arbusto de llama, esponja, esponja de sangre, esponja roja y moño de pavo real, es un arbusto nativo de Brasil con una altura máxima de 1 m, se usa comúnmente para crear setos informales y se destaca gracias a sus flores rojas de apariencia “difusa” gracias a la gran cantidad de estambres largos y delgados.
Las flores aparecen en primavera y verano. Debido a la delicadeza y finura de sus hojas, cierran durante la noche en un proceso natural. Sus flores son muy agraciadas en forma de pompón en colores que van del blanco al rojo. Las frutas aparecen en el verano después de la floración primaveral.
Las frutas emergen de las flores, que se rompen cuando están maduras y esparcen las semillas (como las vainas de leguminosas).
Es una planta fácil de cultivar, adaptándose mejor a lugares con mucho sol, pero también se puede cultivar en macetas para la creación de bonsáis. Para hacer que tu plantación cave un hoyo en el suelo, voltea la tierra, mezclándola adecuadamente con los fertilizantes necesarios y agrega la planta, cubriendo el terrón hasta el nivel adecuado.
Calliandra crece muy bien en la mayoría de los suelos nacionales, es aconsejable solo agregar un poco de fertilizante orgánico, preferiblemente con harina de huesos ya que la mezcla tiene mayor alcalinidad, con el fin de asegurar que la planta no sufra deficiencias nutricionales.
Cuidados
Al inicio de su vida debemos regar de forma más constante, preferiblemente a diario, ya que la planta tiene un metabolismo más elevado, absorbiendo más agua para crecer. Una vez que alcanza un tamaño mayor, los riegos se pueden intercalar en días.
Agregar más fertilizante orgánico mezclado con NPK rico en fósforo cada año al suelo es útil para mantenerlo muy fértil y fomentar una mejor floración.
La poda de limpieza se puede hacer si tienes ramas muertas o enfermas, pero no es común en esta planta extremadamente resistente. Su multiplicación se realiza por esquejes y semillas y es tolerante al frío.