El género Aeonium pertenece a la gran familia de plantas suculentas Crassulaceae. También forman parte de esta familia las famosas rosas de piedra, en su mayoría pertenecientes al género Echeveria. Es originaria de Canarias, donde crece en acantilados, pero se ha introducido en otras zonas con un clima similar, como el sur de California.
Sin embargo, las plantas más relacionadas con Aeonium haworthii son las incluidas en el género Sempervivum, conocidas en el exterior como gallinas y pollos, gallinas y pollitos, en alusión a los numerosos brotes que produce la planta madre.
Una curiosidad interesante, con respecto al Aeonium haworthii, es el apodo recibido en los países de habla inglesa, molinillo Aeonium, que significa Aeonium veleta. Esto es gracias a la disposición de sus hojas puntiagudas en rosetas. Aquí en Brasil, desafortunadamente, no se le conoce por un apodo en particular.
Aeonium haworthii ordena sus suculentas hojas en forma de espada radicalmente alrededor de un eje central, formando rosetas de gran atractivo ornamental. Su tallo adquiere un aspecto lignificado, similar al de los árboles adultos.
Por esta razón, muchos cultivan Aeonium haworthii como bonsái. En lugares sombreados, sus hojas permanecen verdes. Sin embargo, cuanta más luminosidad reciben, más coloridos se vuelven, adquiriendo bordes rojizos.
Existe una variedad muy famosa, variegata , llamada Aeonium haworthii ‘Kiwi’. Esta forma presenta hojas que mezclan tonos de verde y crema, con bordes rojos.
Otro detalle a destacar, en el Aeonium haworthii, lo constituyen sus hojas con bordes delicadamente ciliados, como se puede apreciar en la imagen de apertura de este artículo. A medida que crece el tallo, las hojas basales más viejas se secan y se caen.
Este es un proceso de desarrollo normal. Cada punto de inserción de las hojas viejas se convierte en un sitio potencial para nuevos brotes laterales, que hacen que la apariencia suculenta sea aún más ramificada e interesante.
Finalmente, otro hábito curioso del Aeonium haworthii es que su fase de crecimiento se da predominantemente durante los meses más fríos del año, en invierno, cuando la mayoría de las plantas están inactivas.
Por esta razón, es importante tener cuidado con el riego excesivo, especialmente durante el verano, cuando Aeonium haworthii está inactivo, al contrario que otras plantas. En general, debe regarse con moderación, como cualquier suculenta.
El mejor método es comprobar siempre el nivel de humedad del suelo con la yema del dedo, hundiéndolo ligeramente. Es por ello que evito poner en el suelo ese acabado de guijarro blanco, que me dificulta esta medición diaria de la humedad.
Puedes saber que el suelo está seco con solo mirar su color más claro. Otro consejo valioso para saber cuándo es el momento de regar es el peso de la olla. Cuanto más ligero, más seco es el sustrato, lo que significa que se puede realizar un nuevo riego.
El sustrato para el cultivo de esta suculenta debe estar compuesto por un suelo más arenoso, que imite el hábitat de origen de Aeonium haworthii. Para asegurarse de no cometer un error, siempre se recomienda comprar mezclas preparadas, adecuadas para el cultivo de cactus y suculentas, en tiendas especializadas y centros de jardinería.
Sin embargo, es fácil preparar una versión casera, solo mezclando tierra vegetal y arena gruesa, a partes iguales. A esta mezcla se le puede añadir estiércol curtido o humus de lombriz, o incluso fertilizantes químicos, del tipo NPK, que son más prácticos e inodoros. Además, las plantas suculentas, en general, se utilizan para suelos más pobres en materia orgánica.
El montaje de la maceta, para el cultivo de Aeonium haworthii, debe cumplir con ciertos criterios. En general, se recomiendan las macetas de arcilla ya que el material de terracota poroso permite que el sustrato se seque más rápidamente.
Cultivarlo en la maceta de plástico, la forma en que proviene del productor es buena porque como retiene la humedad por más tiempo, simplemente ajuste la frecuencia de riego en consecuencia, siempre verificando la humedad y sintiendo el peso de la maceta. O incluso sea cual sea el material del jarrón, lo importante es que tenga agujeros en el fondo.
Además, debe tener una capa de drenaje, compuesta por grava, arcilla expandida o cualquier otro material particulado. Sobre esta capa, se puede colocar una manta de geotextil, que permite que el agua fluya, pero retiene el sustrato arenoso, evitando que se escape durante el riego.
Como siempre, no se recomienda usar el plato pequeño debajo de la maceta, ya que retiene el agua del riego y aumenta la humedad alrededor de las raíces.
Aeonium haworthii se puede cultivar dentro de casas y apartamentos, en entornos de semisombra. Sin embargo, cuanta más luz pueda recibir, más decorativas serán sus rosetas. Esta versatilidad y fuerza hacen de Aeonium haworthii una opción perfecta para aquellos que no están muy familiarizados con el cultivo de suculentas.
También es ideal para quienes no tienen tiempo para dedicarse al mantenimiento de la planta. Todo lo que necesita esta especie es mucha luz y riego ocasional. Es una suculenta que alegra cualquier colección, con la ventaja de no tener nunca un gran cuello, como algunas Echeverias , que, de vez en cuando, requieren una poda radical.
Por el contrario, en el caso de Aeonium haworthii, cuanto más tiempo pasa, más envejecidos y ramificados se vuelven sus tallos, lo que hace que el conjunto sea cada vez más bello.