Las hojas carnosas de Pachyphytum oviferum, que pertenecen a la familia botánica Crassulaceae, son tan llamativas que le valieron el popular nombre de piedra lunar, que además de la forma ovoide, muy similar a la de las piedras, aún exhibe una coloración ligeramente plateada, resultado de una mezcla del verde oscuro de las hojas con la fina capa blanquecina que las recubre, ideal para cultivar en jardines desérticos o rocosos.
Originaria de México, la hermosa especie entre invierno y primavera, emerge una inflorescencia colgante, compuesta por hasta 15 flores rojas y acampanadas, de hasta 1 cm de diámetro, que contrastan con las hermosas hojas plateadas.
La hermosa especie mide 5 cm de largo y 3 cm de ancho, agrupada en rosetas, dispuestas a lo largo de los tallos de hasta 20 cm, tiene un crecimiento lento.
Se puede cultivar desde jarrones y jardineras hasta parterres, ofreciendo un hermoso efecto visual al jardín, especialmente cuando se asocia con otras especies de suculentas o cactus.
Es una planta fácil de cultivar, le gusta la luz abundante, incluso sin sol directo.
Pachyphytum prefiere las temperaturas moderadas, aunque puede soportar
altas temperaturas si se protege del sol del verano y del frío del invierno por cortos períodos de tiempo hasta -7ºC.
El riego debe controlarse para evitar que la planta se pudra. Una vez a la semana en verano y primavera y una vez al mes en otoño e invierno. El suelo ideal es fértil y rico en materia orgánica y siempre se cultiva a pleno sol.
Se debe realizar un trasplante de macetas cada 2 años en la primavera. Su multiplicación se realiza por semillas en primavera y división del tallo a principios de verano.