Cebolletas – Allium schoenoprasum

Generalidad

Las cebolletas pertenecen a la familia Liliaceae, al género Allium y a la especie Schoenoprasum. Es una planta herbácea perenne, de 20-40 cm de altura y 15 cm de ancho, de postura erguida y un bulbo bastante pequeño, de forma ovalada, en cuya base se ramifican delgadas raíces blancas. En el ápice del bulbo se forman tallos u hojas lisos, estrechos, erectos, huecos, de color verde grisáceo y se desarrollan como mechones; si se trituran emiten un aroma muy parecido al de la cebolla. En la parte superior de los tallos se forman flores de color variable (la subespecie sibiricum tiene flores rosadas) y se agrupan en inflorescencias redondeadas; la floración se produce durante el verano. Las plantas a finales de otoño tienden a secarse y esparcir las pequeñas semillas negras en el ambiente.

Clima y terreno

Las cebolletas prefieren los climas templados fríos, pero también son capaces de adaptarse a los templados, tolerar inviernos duros caracterizados por temperaturas normalmente bajo cero.

Las mejores exposiciones son los ambientes soleados, pero también se adapta a las condiciones de sombra parcial ya que a la planta le gusta cierto grado de humedad. El cebollino prefiere suelos sueltos, fértiles, bien drenados, húmedos y ricos en materia orgánica, mientras que evita los suelos compactos ya que están sujetos al estancamiento hídrico. La especie es originaria de China y de las zonas frías templadas de Europa, es precisamente en estas últimas zonas donde el cultivo de cebollino está particularmente extendido. En nuestro país la subespecie sibiricum crece espontáneamente por encima de los 2000 m de altitud en los prados húmedos alpinos y apeninos; la especie se cultiva principalmente en huertos familiares y, a veces, con fines ornamentales.

Propagación e implantación

Las cebolletas se multiplican por semilla o por división de matas de plantas adultas; en el primer caso las flores adquieren diferentes colores respecto a la planta madre y pueden variar del blanco rosado al lila, mientras que con la propagación por vía vegetativa las inflorescencias mantienen inalterado su color. La siembra se puede realizar directamente en campo abierto al comienzo de la primavera o en el semillero en invierno para obtener plántulas listas para el trasplante que tendrá lugar en abril. Las plántulas se trasplantan a una distancia de 50 cm entre hileras y 20 cm en hilera, con una densidad de 10 plantas / m2. En el caso de que se utilice la técnica de siembra, se realiza un aclareo de las plántulas una vez que hayan alcanzado una altura de 5 cm.

Técnicas de cultivo

Es aconsejable adoptar grandes alternancias, evitando sembrar cebolletas en el mismo suelo, o un cultivo perteneciente a la familia Liliacee, en los siguientes 4-5 años.

El control de las malas hierbas se realiza realizando el deshierbe entre una hilera y la otra si el cultivo se practica en campo abierto, mientras que en los huertos familiares es necesario recurrir al deshierbe manual. Durante el verano, las inflorescencias deben eliminarse para garantizar que la planta dirija los nutrientes hacia las hojas a expensas de la floración. La fertilización se realiza mensualmente de marzo-abril a octubre utilizando fertilizantes nitrogenados que contienen azufre porque este elemento da el aroma a las hojas; si es necesario, se debe administrar fósforo y potasio al final del invierno. Las cebolletas necesitan riego en caso de condiciones de sequía en el verano. Las hojas se cosechan durante la temporada de crecimiento, que va de marzo a noviembre, Para favorecer la renovación vegetativa es aconsejable cortar los tallos a 1-2 cm de la base. Las hojas se utilizan frescas o congeladas para el invierno, por lo general no se someten a secado porque pierden su delicado aroma. Las cebolletas son plantas resistentes y, por lo tanto, no están sujetas a ataques de plagas.

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