Como regar
Cultivo y cuidado
Esta planta se adapta a diferentes tipos de suelo, incluidos los arcillosos, pedregosos y densos; lo importante es que el suelo no tiene pH ácido. Incluso se tolera el estancamiento de agua, que representa una gran fuente de daño para muchas otras especies como causa de la pudrición de la raíz: por supuesto, sin embargo, no deben ser excesivos. Antes de plantar, es recomendable trabajar el suelo con herramientas de disección y, posteriormente, con el arado, volteando los terrones para favorecer un enraizamiento más firme y un desarrollo más vigoroso de la leguminosa. Para la siembra, se recomienda el período de otoño y se recomienda crear filas a aproximadamente medio metro de distancia entre sí; periódicamente, especialmente en las etapas iniciales, será necesario eliminar las malas hierbas.
Cómo fertilizar
La fertilización de la cicerchia debe realizarse antes de la labranza preliminar del suelo, con productos seleccionados en función de la composición química del suelo: si este último es deficiente en potasio o fósforo, estos macroelementos deben administrarse mediante fertilización. Ambos son fundamentales, ya que aseguran un óptimo desarrollo de la planta, una producción abundante y una mayor resistencia a las enfermedades. El nitrógeno, en cambio, no debe incluirse en los fertilizantes utilizados, ya que las leguminosas son capaces de fijar la atmosférica contenida en el suelo gracias a bacterias del género Rhizobium presentes en las raíces; dado que la planta generalmente tiene lugar en otoño, además,
Cicerchia: exposición, parásitos y enfermedades.
La exposición ideal es luminosa y soleada, preferiblemente en un ambiente resguardado de fuertes vientos, aunque, en general, la planta es resistente a condiciones climáticas adversas y tolera bien tanto el calor como el frío. Sin embargo, un peligro está representado por los pulgones, parásitos que, mediante la sustracción de la savia, provocan un debilitamiento global del espécimen afectado y provocan la propagación de varios virus: se recomiendan remedios químicos específicos o naturales para erradicarlos, incluidos los macerados d ‘ ortiga. Entre las enfermedades fúngicas más comunes se encuentran el mildiú polvoroso y el mildiú velloso; ambos provocan la formación de áreas necróticas y un secado progresivo de las hojas. Para el tratamiento del mildiú polvoroso se recomiendan productos fungicidas a base de azufre, mientras que contra el mildiú velloso es útil utilizar fungicidas a base de cobre.
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