Los elementos principales
Complementos
Una vez adquiridas las principales herramientas para tu cocina exterior, es posible evaluar, en función de los espacios disponibles, la terminación mediante estructuras y elementos adicionales que puedan facilitar su uso o permitir una mayor practicidad y mayores posibilidades culinarias. Por ejemplo, si la conexión al sistema eléctrico está disponible, también es posible instalar un horno tradicional, quizás para preparar platos que no requieran la aromatización típica de un horno de leña. El fregadero puede tener uno o dos senos, especialmente útil para cocinas grandes, si quieres preparar platos para muchas personas al mismo tiempo. Los estantes para contener utensilios y herramientas de cocina se pueden variar y estructurar internamente para hacer funcional cualquier espacio, pudiendo equiparse con compartimentos para botellas de vino. Se podría dedicar un compartimento, por ejemplo, a la conservación de la leña para el horno, que de esta forma quedaría siempre protegida y seca.
Limpieza y mantenimiento
La cocina del jardín puede transformar el espacio en un punto de encuentro para amigos y familiares, pero por otro lado requiere cierto mantenimiento. De hecho, es recomendable limpiarlo y cuidarlo para garantizar siempre el máximo funcionamiento y la total seguridad. Las cocinas de jardín son en su mayoría de mampostería, pero también hay modelos de aluminio en el mercado, generalmente de menor tamaño, o revestidos de madera, para un efecto natural y una inserción armoniosa en el espacio circundante. Es recomendable, después de su uso, limpiar las herramientas y superficies de trabajo, y luego cubrir todo con sábanas que eviten el paso de insectos y el depósito de suciedad, especialmente durante largos periodos de inactividad.