El suculento collar de rubíes, apodo con el que se conoce a la especie, es un buen ejemplo de planta colgante, de rápido crecimiento y vigorosa, muy ornamental. El nombre popular alude al color púrpura rojizo de este suculento tallo, que se vuelve más pronunciado cuando la planta se cultiva bajo altos niveles de luz.
Las hojas de color verde jade contrastan con el collar de rubíes. Tienen forma de zepelín, se distribuyen alternativamente a lo largo de todo el tallo y pueden tornarse rojizas al sol.
Para completar esta interesante paleta de colores, las flores aparecen en un amarillo brillante, como pequeñas margaritas, en la parte superior de los tallos también en color púrpura, como el tallo.
El collar de rubí pertenece a la familia Asteraceae, la misma que alberga las suculentas del género Senecio. De hecho, tanto las hojas como las flores del suculento collar de rubíes tienen formas similares a las que se encuentran en varias especies de Senecio.
Además, y no por casualidad, el collar de rubíes está relacionado con el famoso collar de perlas suculentas (Senecio rowleyanus) así como con el codiciado collar de delfines (Senecio peregrinus). Todos estos collares son unos suculentos colgantes muy apreciados por los coleccionistas.
Más conocida como el collar de rubí, esta planta no suele ser un ejemplo de suculenta sombra. Sin embargo, es una especie que se adapta a las zonas de cultivo de interior, siempre que esté cerca de una ventana bien iluminada.
La planta no necesita pleno sol para desarrollarse y florecer. Por esta razón, ocupa el octavo lugar en nuestra lista de suculentas de sombra.
Cuando está bien cultivado y desarrollado, el suculento collar de rubí adquiere una apariencia ornamental de planta colgante. Sus hojas verdes, a lo largo de los tallos rojizos, se asemejan a pequeños pepinos.
Por esta razón, a esta planta se le llama encurtidos. Cuando se le dan los niveles adecuados de luz, Othonna capensis produce flores delicadas que se asemejan a pequeñas margaritas amarillas.
El suculento collar de rubíes es bastante versátil, ya que puede usarse como ropa de cama o como planta colgante. Como muchas plantas suculentas cultivadas con fines ornamentales, Othonna capensis es originaria de Sudáfrica, en su hábitat natural, el collar de rubíes vive en ambientes áridos, sobre rocas, acostumbrados a poca agua y mucho sol.
En los países del hemisferio norte, Othonna capensis suele entrar en letargo durante los meses más calurosos del año, en verano. Durante este período, los productores reducen el riego a medida que el metabolismo de la planta se ralentiza.
Aquí en Brasil, como las diferencias climáticas entre las estaciones son menos pronunciadas, el suculento collar de rubíes crece normalmente durante todo el año, sin un descanso notable.
Cuidar el suculento collar de rubíes es bastante sencillo. En cuanto a la luminosidad, es una planta que puede tolerar el pleno sol, pero debe protegerse con una mampara de sombra durante los días más calurosos del verano.
Alternativamente, también se puede cultivar en interiores, casas y apartamentos, siempre que reciba luz indirecta a niveles adecuados. Una ubicación cerca de una ventana soleada, orientada al norte, este u oeste, es suficiente para asegurar un buen desarrollo del collar de rubíes.
Como ocurre con todas las plantas suculentas, el collar de rubí tiende a estilarse si se cultiva en lugares muy sombreados. Esto significa que su tallo crecerá rápidamente, haciéndose más delgado y más largo, con un gran espacio entre las hojas. La planta adquiere este patrón de crecimiento anormal en busca de más luz,
Cuanta más luz se le pueda brindar a esta suculenta, más frecuentes serán sus floraciones, que pueden ocurrir durante todo el año.
Además, en ambientes bien iluminados, el color púrpura de su tallo, que es la marca registrada del collar de rubíes, se acentuará más.
Las hojas cilíndricas también pueden adquirir un tono más rojizo. En la jerga adoptada por los cultivadores de suculentas, sin embargo, la planta con colores intensos, especialmente bien rojizos, se considera estresada.
Como cualquier suculenta, el collar rubí necesita un suelo muy drenable, de naturaleza arenosa, como se encuentra en su hábitat original.
No hay necesidad de preocuparse por agregar material orgánico en grandes proporciones, ya que el ambiente desértico proporciona un suelo pobre en nutrientes. Existen sustratos adecuados para el cultivo de cactus y suculentas, que se venden confeccionados en el mercado especializado.
Alternativamente, una mezcla de tierra de tierra y arena gruesa, en partes iguales, será adecuada para cultivar la suculenta pasta de rubí.
La propagación del suculento collar de rubíes es bastante rápida y fácil de implementar. Como los tallos crecen profusamente, en todas direcciones, y se ramifican con frecuencia, basta con cortar una rama y plantarla por separado.
En poco tiempo, este corte echará raíces y producirá una nueva plántula. Lo ideal es colocar el segmento cortado sobre el suelo preparado, de forma horizontal, para que las bases de las hojas estén en contacto con el suelo, lo que facilita el enraizamiento.
Estos cortes de multiplicación de collar de rubí se pueden obtener mediante podas de mantenimiento ocasionales. Con el tiempo, la planta se vuelve más y más larga, además de despeinarse.
Es posible que de vez en cuando sea necesario realizar una poda básica para eliminar los tallos de flores secos y el exceso de ramas. Este procedimiento evita que plagas como las cochinillas encuentren lugares para proliferar.
En definitiva, el collar de rubíes es un bello ejemplo de planta suculenta colgante, muy apreciada por los coleccionistas. Es una especie fácil de cultivar y de bajo mantenimiento que se puede cultivar dentro de casas y departamentos, siempre que en lugares con buena iluminación.