La suculenta rosa de piedra, también conocida con el nombre científico de Echeveria elegans, es una de las más queridas para jardines e interiores.
Su forma se asemeja a una rosa tradicional, con una coloración rosácea, lo que la hace aún más llamativa.
Resistente y fácil de cuidar, a la rosa de piedra le gusta la luz solar directa, pero solo por un tiempo. Idealmente, solo debe exponerse al sol por la mañana o al final de la tarde, cuando la luz natural es más suave.
Echeveria elegans debe regarse con moderación, después de todo, el mayor enemigo de los cactus y las suculentas es el exceso de agua.
Evite el plato pequeño debajo de la olla, ya que la acumulación de agua puede provocar la pudrición de la raíz.
Descubrirá que el riego no es suficiente si las hojas se vuelven gomosas y la especie deja de crecer.
Tampoco es necesario fertilizar el suelo suculento, ya que tiende a adaptarse a diferentes tipos de suelo.
Sin embargo, si lo prefieres, puedes utilizar fertilizantes específicos para cactus y suculentas cada tres meses, fortaleciendo la planta.