Ninguna cocina del mundo puede vivir sin cebollas, y como tal, su cultivo es esencial para dar color y sabor a las más variadas preparaciones culinarias. Aprende a cultivar cebollas y a hacer que tus platos coman y lloren más, a diferencia de las cebollas.
El origen de la cebolla y su principal especie
La cebolla es originaria de Asia Central y el Oriente Medio y se ha cultivado durante más de 5.000 años. Su nombre científico es Allium Cepa L y pertenece a la familia de las Liliáceas. Hoy en día, el cultivo de la cebolla se divide en dos especies principales. Lo son:
Cebollas secas: son cebollas que varían según el tamaño, el color y el aroma. Tienen distintas variedades, ya que pueden ser blancas, amarillas, púrpuras o rojas y aseguran un sabor más dulce a la cocina.
Cebollas de otros tipos: como puerro, chalotas, ajo y cebolla, que ofrecen un sabor totalmente diferente al de las cebollas tradicionales. Por otra parte, cabe señalar que este tipo de cebolla desempeña un papel muy importante en la preparación de las comidas más variadas.
El mejor clima para el cultivo de cebollas
Las cebollas son resistentes no sólo en apariencia, sino también a lo largo de su crecimiento, porque aunque se consideran un vegetal que mejora en invierno, pueden resistir cualquier tipo de temperatura. Las mejores temperaturas para el cultivo de cebollas son entre 13 y 25 grados centígrados. En una fase preparatoria, el clima fresco ayuda a producir bulbos de mayor calidad y, con el aumento de las temperaturas, las cebollas acaban por alcanzar su pleno potencial. En pleno crecimiento, las cebollas, como los limones, necesitan una exposición diaria al sol de aproximadamente 6 horas, para que sus bulbos estén secos y sabrosos.
El mejor momento para plantar cebollas
Debe evitarse la siembra y la plantación de cebollas en épocas de heladas, para que puedan crecer sin contratiempos o reveses. Las cebollas se siembran mejor después de las heladas y el rocío de la mañana (queman las plantas), lo que significa que crecerán en medio del verano y se cosecharán antes del otoño. En zonas cálidas y suaves se pueden plantar las cebollas en verano y luego cosecharlas antes del comienzo del invierno.
Sin embargo, los diferentes tipos de cebollas determinan el momento en que deben ser plantadas. Debes ir a una tienda especializada para comprar las semillas que mejor se adapten a tu jardín y a las condiciones climáticas de tu zona.
Tenga en cuenta que los bulbos de cebolla comienzan a formarse cuando pasan un cierto número de horas al sol y por lo tanto la elección del tipo de cebolla debe tener esto en cuenta.
La plantación de cebollas
Hay varias formas de plantar y cultivar cebollas, pero esto depende de los resultados que se quieran obtener, de la dedicación y del tiempo disponible. Puedes plantar cebollas en tu jardín de las siguientes maneras:
Semillero: Inicialmente se pueden utilizar semillas orgánicas y éstas pueden cultivarse en una bandeja o en un invernadero (utilizando una lámpara de calor). Tardan unas dos semanas en germinar y para ello la temperatura del suelo debe ser de unos 10 grados centígrados. Más tarde tendrá que transplantar las semillas al exterior y colocarlas a una profundidad de 2,5 centímetros y en filas dobles de 50 centímetros. Luego hay que esperar un máximo de 5 meses para que los bulbos de cebolla maduren antes de cosechar.
Plántulas: las plántulas se pueden comprar en una tienda especializada y esto te ahorra mucho tiempo y trabajo en el cultivo de las cebollas, ya que sólo tienes que ponerlas en la tierra (debidamente fertilizadas) y esperar a que florezcan.
Juegos de cebollas: son bulbos de pequeño tamaño que deben ser plantados a una distancia de 15 centímetros entre ellos. Este es el método de cultivo más difícil y caro, pero también es el que produce la cebolla de la manera más rápida.
Preparación de la tierra
Las cebollas tienen raíces blandas y por lo tanto no se desarrollan bien en suelos secos y pesados. El suelo debe estar bien drenado y con un pH de 6 a 6,8 para que las cebollas crezcan normalmente. Los fertilizantes orgánicos deben ser utilizados para hacer el suelo tan fértil como sea posible y para evitar que crezcan las malas hierbas. Debes saber que las cebollas necesitan una humedad uniforme en toda su plantación para que los bulbos tengan todos los nutrientes necesarios.
La recolección y el almacenamiento de las cebollas
Cuando las cebollas están ligeramente fuera de la tierra y tienen hojas amarillentas (alrededor del 50%), esto significa que están listas para ser cosechadas.
Para un almacenamiento prolongado, la parte superior de la cebolla debe ser removida manualmente para acelerar el secado del cuello antes de la cosecha. La parte trasera de un rastrillo es la herramienta ideal para hacer este trabajo. Al menos el 50% de las cebollas deben ser arrancadas antes de la cosecha y el almacenamiento. Las cebollas pueden dejarse al aire libre y expuestas a la luz del sol durante unos días para secar la parte superior y el cuello. Sin embargo, este es un paso que no debe hacerse en zonas de sol caliente, ya que el bulbo de la cebolla puede dañarse al entrar en contacto directo con los rayos del sol. En estas situaciones, es preferible elegir un lugar sombreado pero aireado.
Hay que tener en cuenta que las cebollas deben estar completamente secas, ya que la humedad es el principal enemigo de la salud de las cebollas almacenadas. Si no están completamente secos, es probable que aparezcan enfermedades y podredumbres por hongos.
Las cebollas deben almacenarse siempre en un lugar fresco, seco y aireado, preferiblemente en bandejas o estantes planos; también pueden colgarse de trenzas o bolsas de malla.
La importancia de la curación de la cebolla
Antes de almacenar las cebollas, se debe llevar a cabo un proceso de curación. El propósito principal de este proceso es asegurar el secado y la inactividad de las cebollas. Después de la cosecha, las cebollas deben ser curadas y esto sólo ocurre cuando se exponen a temperaturas de 35 grados centígrados y a una humedad relativa del aire del 50%.
Las ventajas de usar cebollas
La cebolla es una de las verduras que debe estar presente en un huerto o jardín. Es muy importante en la alimentación, ya que se utiliza como condimento regular en casi todas las escuelas gastronómicas contemporáneas, variando sólo en la cantidad y regularidad de su uso. Es uno de los alimentos más importantes en una cocina, ya que está presente en casi todos los guisos, estofados, asados, estofados y sopas. En verano también se utiliza mucho en ensaladas y combina muy bien con el pepino, la lechuga y el tomate.
Según los nutricionistas, las cebollas son ricas en azufre, vitaminas B y C y minerales. Por otro lado, su consumo ayuda a prevenir varios tipos de cáncer, protege contra varias enfermedades cardiovasculares e inhibe la acción de los hongos y las bacterias.
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