Cómo cultivar frijoles

Phaseolus vulgaris

Las habas son un cultivo común de frijoles que tienen vainas particularmente tiernas y no fibrosas, y se comen cocidas o guisadas. Hay cultivares altos, que trepan y necesitan tutoría, y cultivares de bajo tamaño, que tienen forma de arbusto y no necesariamente necesitan apoyo.

Clima

Los frijoles pueden cultivarse en regiones con temperaturas entre 16°C y 30°C durante todo el ciclo de crecimiento de la planta, idealmente entre 20°C y 25°C.

Brillo

Los frijoles necesitan un alto brillo, con luz solar directa al menos unas horas al día.

Suelo

Cultivar en un suelo bien drenado, fértil y rico en materia orgánica. La planta forma una asociación simbiótica con la bacteria conocida como rhizobium o rizobio, capaz de fijar el nitrógeno del aire en el suelo como amoníaco, proporcionando el nitrógeno necesario para la planta y aún así enriqueciendo el suelo con este elemento.

Irrigación

Regar de tal manera que la tierra esté siempre húmeda, sin que quede empapada.

Plantación

Sembrar las semillas directamente en el lugar final del jardín, a una profundidad de 2 a 4 cm. Opcionalmente, las semillas de frijol pueden germinar con antelación, dejando las semillas en una bandeja forrada con papel, algodón o tela, que debe mantenerse húmeda hasta que la raíz aparezca en cada una de las semillas. Las semillas germinadas se plantan cuidadosamente en el suelo.

Los frijoles también pueden cultivarse fácilmente en macetas y jardineras, siempre y cuando tengan un tamaño adecuado para el tamaño del cultivar que se va a plantar.

Tratamiento cultural

Hay variedades de frijoles de alto y bajo tamaño. Los cultivares altos son trepadores y necesitan un soporte de al menos 2 m de altura, por ejemplo, palos de bambú, postes, vallas y cercos. Los cultivares de bajo tamaño no necesitan tutela, pero algunos horticultores ponen ramas finas y pequeñas ramas secas y bien bifurcadas para sostener las plantas, de modo que los granos no se vuelquen con el peso de las vainas en un intento de evitar que entren en contacto con el suelo.

Eliminar las plantas invasoras que compiten por los nutrientes y los recursos.

Cosecha

La cosecha de las vainas comienza entre 50 y 90 días después de la siembra, variando según el cultivar plantado y las condiciones de crecimiento. Las vainas se cosechan cuando están bien desarrolladas, tiernas y firmes, pero con semillas aún inmaduras. Las vainas se vuelven fibrosas cuando las semillas (los frijoles) han terminado de desarrollarse.

No debes comer frijoles crudos y vainas, ya que contienen fitohemaglutinina, una lectina tóxica. La fitohemaglutinina se destruye al cocinar o freír.

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