Técnicas de cultivo y medio ambiente
Cuidado y poda
El mejor momento para comenzar a cultivar la planta de lavanda es el otoño. El riego no debe ser abundante y conviene comprobar que el suelo en el que se ha plantado esté seco, antes de proceder al siguiente riego. La fertilización no es necesaria. En el caso de que el suelo parezca agotado, lo mejor es fertilizar durante el mes de abril, tan pronto como comience la temporada de crecimiento. La poda debe realizarse entre finales de verano y la primera quincena de septiembre y debe realizarse cortando alrededor de dos tercios de la vegetación cultivada en los meses anteriores. La poda es necesaria para evitar que las ramas se lignifiquen. La lavanda se multiplica por esquejes: cuando termina la floración, al final del verano, se toman esquejes de unos 10-15 cm de largo de las ramas más jóvenes que no florecen,
Colección de flores y usos
La lavanda florece, según la especie, de primavera a verano. Las flores aparecen en forma de espiga, en el ápice de un tallo largo. Cada mazorca contiene un número variable de flores muy fragantes. Las flores se recolectan al inicio de la floración, si se utilizan en fitoterapia, mientras que si se pretende utilizarlas con fines cosméticos es mejor esperar hasta finales del verano, cuando han alcanzado su máxima madurez y el perfume es mucho más intenso. . Después de la cosecha, las flores deben reunirse en racimos y colgarse boca abajo, en lugares ventilados y sombreados, hasta que estén completamente secas. Una vez seca, la oreja se separa del tallo y se guarda en bolsas de tela o cuencos. Para la preparación de los aceites esenciales, por otro lado, se utiliza la flor fresca de la cual, con procedimientos particulares,