Las babosas y los caracoles son plagas muy comunes en suelos húmedos y pueden destruir una planta pequeña durante la noche. Comen brotes, tallos de flores y capullos y ponen huevos en el sustrato, extendiéndose rápidamente en el jardín.
El primer paso preventivo es limpiar bien el terreno, recogiendo ramas, hojas secas y otros “escondites”. Mantenga los floreros suspendidos de soportes de pared o sobre soportes de hierro que los mantengan alejados del piso.
La mejor forma de combate es el aseo manual, pero use guantes, porque su baba puede causar alergias (y también porque son repugnantes, por supuesto). Si tienes algunas macetas, puedes protegerlas rociando sal, bicarbonato de sodio o canela en polvo alrededor de la maceta, lo que también crea una barrera para las hormigas.
Cómo hacer trampas para
babosas naturales Tanto las babosas como los caracoles tienen hábitos nocturnos: al final de la tarde, extienda trozos de chayote o bolsas de arpillera empapadas en cerveza alrededor del macizo de flores. Las plagas encontrarán estos alimentos rápidamente y, en unas pocas horas, todo lo que tienes que hacer es recoger las trampas y tirarlas.
Última opción contra las babosas: veneno (precaución)
Si la infestación o tu disgusto es demasiado grande, las floristerías y las granjas venden “babosas”, cebos venenosos hechos con metaldehído, sustancia que atrae y mata estas plagas.
Como es un producto muy tóxico, manipúlelo siguiendo estrictamente las instrucciones del fabricante y no deseche el empaque en la basura común; llévelo, cuando sea válido, al lugar donde compró el veneno.
Siempre es bueno recordar que el metaldehído puede ser muy venenoso para los niños pequeños y las mascotas: peces, gatos, perros, pájaros y otros. Entonces, piense bien antes de recurrir a una solución tan drástica, ¿de acuerdo?