Cuminio cyminum
El comino, también llamado comino real, es una hierba cuyas semillas (en realidad frutos secos que contienen la semilla) se utilizan como especia en diversos tipos de alimentos, y también se utilizan con fines medicinales. Esta hierba suele ser bastante ramificada, con hojas en forma de hilos finos, y puede alcanzar una altura de 20 a 80 cm. Sus semillas se confunden a menudo con las de alcaravea, pero éstas saben ligeramente diferentes.
Clima
El rango de temperatura ideal para el cultivo de alcaravea es de 10°C a 26°C, y esta planta no puede soportar ni las bajas temperaturas ni un clima muy caliente y seco. Los fuertes vientos y las fuertes lluvias pueden causar daños a las plantas.
Brillo
Esta planta necesita luz solar directa durante al menos unas horas diarias.
Suelo
Cultivar en un suelo bien drenado, fértil y rico en materia orgánica. Aunque puede tolerar suelos más ácidos, el rango de pH ideal del suelo es de 6,8 a 8,3.
Irrigación
Irrigar de tal manera que se mantenga el suelo húmedo, sin empaparlo. El suelo puede casi secarse antes de que se haga una nueva irrigación, pero mantenga el suelo húmedo si la temperatura ambiente es alta. Esta hierba es sensible tanto a la falta como al exceso de agua.
Plantación
Las semillas pueden sembrarse en el sitio final o en semilleros, y los semilleros se transplantan cuando son lo suficientemente grandes como para ser manipulados (5 a 10 cm de altura). Las semillas pueden tener unos 5 mm de profundidad. La germinación suele tardar de 1 a 3 semanas, pero puede acelerarse dejando las semillas en el agua durante 1 día.
El espacio recomendado para el cultivo es de 40 cm entre las hileras de plantación y de 15 a 25 cm entre las plantas. El comino también se puede cultivar en macetas y jardineras.
Tratamiento cultural
Eliminar las plantas invasoras que compiten por los nutrientes y los recursos.
Cosecha
La cosecha se puede hacer generalmente de tres a cuatro meses después de la plantación, cuando las plantas comienzan a secarse y los frutos cambian de color. Cortar o moler las plantas y dejarlas colgando, invertidas, con un paño o recipiente debajo para recibir las semillas que se desprenden hasta que estén completamente secas.
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