Cómo plantar tupinambo

Helianthus Tuberosus

El tupinambo, también llamado girasolero, es una planta del mismo género que el girasol. Originaria del este de América del Norte, ya era cultivada por los pueblos nativos de la región antes de la llegada de los europeos. Sus tubérculos son ricos en inulina, un polisacárido de fructosa, que les da un suave sabor dulce. Por lo general, se comen cocidos, pero se pueden comer crudos en ensaladas si se cortan en rodajas finas.

Clima

El tupinambo crece mejor en climas templados, pero puede cultivarse en regiones con otras condiciones climáticas, aunque la productividad suele ser menor. Las bajas temperaturas matan las hojas y los tallos de la planta, pero los tubérculos resisten temperaturas muy bajas, brotando cuando las condiciones de temperatura se vuelven favorables.

Brillo

Esta planta necesita luz solar directa durante al menos unas horas diarias. La mayoría de los cultivares producen mejor en lugares con días largos (por lo que los rendimientos son generalmente más bajos en las regiones tropicales).

Suelo

Preferiblemente cultivar en un suelo bien drenado y ligero, sin piedras u otros desechos, fértil y rico en materia orgánica. Esta planta puede crecer en suelos más pobres, pero los tubérculos producidos serán más grandes si el suelo es fértil. También es bastante tolerante al pH y al tipo de suelo, aunque los suelos pesados no son adecuados, especialmente si son propensos al anegamiento.

Irrigación

Irrigar de manera que se mantenga el suelo húmedo, pero sin que quede empapado. Aunque la planta soporta períodos de sequía muy cortos cuando está bien desarrollada, los tubérculos tienen mejor aspecto y calidad cuando no hay falta de agua.

Plantación

Las semillas de tupinambo se parecen a las de girasol y pueden utilizarse para empezar a plantar, pero es normal plantar los tubérculos. Se plantan enteros si son del tamaño de un huevo de gallina, o cortados en trozos si son mucho más grandes, pero siempre dejando al menos dos o tres yemas (ojos) por pieza. Los tubérculos deben tener entre 10 y 15 cm de profundidad, separados entre 30 y 60 cm. Las filas pueden estar espaciadas de 30 a 1 m de distancia. En los climas templados, la plantación se hace en primavera.

Las semillas pueden sembrarse en el sitio final en regiones donde el invierno no es muy duro, o en la siembra, y transplantarse en macetas individuales cuando son lo suficientemente grandes para ser manipuladas. Las plantas pueden así pasar su primer año en macetas en un lugar protegido del frío y plantadas en el lugar definitivo después de su primer invierno.

El tupinambo o girasol puede soportar bien el viento, lo que sumado al hecho de que puede alcanzar 3 m de altura (pero es mucho más pequeño en regiones de clima cálido), lo convierten en una de las plantas ideales para formar barreras de protección contra el viento en un jardín.

Tratamiento cultural

Eliminar las plantas invasoras que compiten por los nutrientes y recursos en los primeros meses de la plantación. El tupinambo puede ser una planta invasora en algunas regiones, por lo que su cultivo debe limitarse en cierta medida a su zona de plantación, y al final del mismo no deben quedar tubérculos en el suelo.

Cuando las plantas tienen 30 cm de altura, amontonan tierra junto a los tallos hasta unos 15 cm de altura. Este procedimiento deja a las plantas más estables, reduciendo el riesgo de volcarse. Si se somete al viento, puede ser necesario atar las plantas a palos o estacas verticales.

Las flores pueden ser removidas cuando aparecen, para que las plantas concentren sus recursos en los tubérculos, aumentando la productividad. Sin embargo, las flores pueden ser una buena fuente de alimento para las abejas.

Cosecha

Si los tubérculos se plantan en primavera, la cosecha puede hacerse a finales de otoño, cuando la parte aérea de las plantas se está secando, o en invierno.

Como los tubérculos no pueden almacenarse durante mucho tiempo a temperatura ambiente, sólo se debe cosechar lo que se necesita por el momento, dejando el exceso de tubérculos en el suelo. Sin embargo, se recomienda cosechar todos los tubérculos antes de que broten en la primavera, incluidos los que son demasiado pequeños, para evitar un exceso de plantas por zona.

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