La fertilización es un paso muy importante para asegurar el desarrollo de las especies en su jardín. A continuación se presentan algunos consejos que le ayudarán si tiene alguna duda sobre este proceso. Verificar:
La fertilización debe realizarse cuando las plantas necesitan los nutrientes. Se debe prestar atención a las necesidades específicas de la especie, como una cantidad equilibrada de nitrógeno, fósforo y potasio (durante el crecimiento) y una reducción de nitrógeno y un aumento de fósforo y potasio (en floración y fructificación).
No fertilice las plantas cuando entren en letargo, ya que durante este período no hacen mucho uso de fertilizantes. El período de latencia varía mucho de una especie a otra.
Es necesario prestar atención al pH del suelo. No sirve de nada usar fertilizantes en exceso en suelos ácidos. Por tanto, conviene solicitar previamente un análisis del suelo, para tener un correcto diagnóstico del estado actual.
La fertilización debe realizarse con más frecuencia en la playa y otros suelos arenosos.
Un consejo que marca la diferencia en el desarrollo de las plantas es enriquecer el suelo con una buena cantidad de materia orgánica.
Trate de nunca dejar que las plantas se queden sin agua durante el período posterior a la fertilización, ya que las especies pueden deshidratarse fácilmente.
La fertilización ideal es esa gradual y según la fase de la planta. Por lo tanto, al fertilizar, evite, por ejemplo, fertilizar cerca de la cosecha.
Aplicar fertilizantes en dosis menor o igual a la recomendada en el paquete. Demasiado puede hacer que las plantas se marchiten o mueran durante la noche.
Los días nublados son los mejores para fertilizar las plantas. De hecho, la fertilización debe evitarse tanto como sea posible en días de sol intenso y días lluviosos.
No utilice estiércol fresco, restos de comida ni cáscaras directamente sobre el suelo. La fermentación de estos materiales produce sustancias que son nocivas, por lo que se recomienda siempre compostarlas antes de usarlas.