Los beneficios de la malva
Preparación de la decocción
Dependiendo de las necesidades y requerimientos para los que se recurre a la malva, será necesario variar la receta: para tener un efecto analgésico suave, también se utilizarán las raíces, mientras que para dolencias como la estomatitis y los dolores de garganta o infecciones bucales serán Prefería las flores y las hojas, sin añadir raíces. La preparación de la decocción es muy sencilla: bastará con hervir treinta gramos de hojas y flores de malva en aproximadamente un litro de agua durante tres minutos, tras lo cual se podrá filtrar y beber el producto. Dependiendo de los fines para los que se tome la decocción de malva, también es posible agregarle partes de raíces, siempre en la fase de ebullición y antes de filtrar. Si, por el contrario, se empapa una gasa con la preparación así obtenida, el remedio será excelente para calmar el dolor y la inflamación debidos, por ejemplo, a los abscesos. Para hacer gárgaras con un fin específico, las flores, secas o frescas, se pueden dejar hervir unos minutos más, para asegurarse de que la decocción esté impregnada de las importantes propiedades beneficiosas de la malva.
Recolección y conservación
La decocción de malvase puede hacer tanto a partir de flores frescas como a partir de flores secas: en el segundo caso las propiedades se conservarán mejor y por tanto la decocción podría ser, por la misma cantidad, más eficaz, pero en el período invernal no es posible recurren a las flores frescas y por ello es necesario optar por las secas, que en ningún caso pierden por completo su eficacia y, por el contrario, en cualquier caso resultan ser remedios muy útiles incluso para los males de la época invernal. La decocción de malva se puede hacer partiendo de las zonas y añadiéndoles también algunas partes radicales: las hojas deben recogerse preferiblemente por la mañana, después de que el rocío se haya secado, completadas con un pecíolo, que retiene grandes cantidades de ingrediente activo. El período ideal es el verano, mientras que para las flores recomendamos la recolección de cogollos, antes de que florezcan y se abran completamente. Los meses ideales para la recolección son los de junio y julio. Las ramitas, raíces y hojas se pueden almacenar en finas capas dentro de bolsas de lona, mientras que para las flores recomendamos colocarlas en frascos de vidrio, lejos de la luz.