Una planta ornamental llena de sabrosos frutos.
De la siembra a la cosecha
Para obtener plantas sanas y frondosas es necesario empezar por cuidar el suelo. Este debe ser blando, bien drenado y particularmente rico en sustancias orgánicas. Los elementos nutritivos del suelo se integrarán posteriormente de forma regular, para compensar la cantidad de sustancias que es absorbida por la planta a lo largo del tiempo. Esta necesidad se siente aún más en aquellos ejemplares que se cultivan en macetas. Antes de plantar las plántulas de fresa trepadora.Es aconsejable realizar una rica fertilización del suelo con estiércol maduro. En caso de cultivo de fresas trepadoras dentro de macetas será recomendable repetir la operación en otoño, añadiendo estiércol maduro a la base de las plantas. Al comienzo de la primavera, para optimizar la cosecha, basta con añadir al agua un fertilizante líquido a base de potasio y fósforo una vez al mes, o un fertilizante granular de liberación lenta mezclado con cenizas al pie de la planta.
Características de la planta
La multiplicación de las plantas trepadoras de fresa se produce principalmente por división de los mechones. Esta técnica permite mantener inalteradas las características genéticas de las plantas originales. La división de los mechones se lleva a cabo a fines del invierno, cuando las plantas se preparan para el nuevo período vegetativo. En este período también es bueno eliminar las ramas dañadas por las heladas, las hojas secas y las ramitas que se rompen. Durante los meses más fríos es recomendable proteger la masa radicular de las plantas con un buen mantillo a base de paja o tela sin tejer. En primavera, las plantas se llenarán de delicadas flores blancas, que se convertirán en frutos sabrosos en el período comprendido entre mayo y septiembre. La recolección de la fresa deberá realizarse de forma manual.