Los países del Sur están más acostumbrados a los períodos de sequía, los del Norte un poco menos, excepto durante el verano cuando la falta de agua puede ser problemática en los jardines y huertas. Sin embargo, hay algunos trucos para evitar que la falta de agua combinada con un viento seco y un sol fuerte destruya sus más bellas plantaciones.
Formas ecológicas de luchar contra la sequía
En tiempos de sequía, las restricciones de agua comunal pueden acabar con todo su trabajo, así que considere la posibilidad de equipar su casa con grandes sistemas de recolección de agua de lluvia. Fijadas al pie de los ojales, constituirán reservas de agua apreciables durante estos períodos de restricción. Sin embargo, hay que tener cuidado con el uso de productos de limpieza de techos que contienen fungicidas y otros productos perjudiciales para las plantas. Si estás recogiendo agua de lluvia: ¡evítala, o tus plantas perecerán!
Como dice el dicho «una azada vale más que dos riegos»; por lo tanto, no duden en azadonar regularmente los pies de sus plantas, las malas hierbas así eliminadas ya no podrán bombear el agua a sus protegidos y el suelo, una vez desprendido, absorberá el agua más uniformemente.
Esencial en el verano, el mantillo mantiene el suelo fresco limitando la evaporación. No escatime en cantidad, cuanto más grueso sea, mejor protegido estará el suelo.
La instalación de un sistema de riego automático que funciona mediante un sistema de goteo programado por la noche permitirá un ahorro real de agua; las plantas ganarán vigor, ya que serán regadas directamente a sus pies y en profundidad durante las horas más frías, dándoles tiempo para disfrutar del agua sin estar sometidas a la evaporación debido al calor y al sol. Se beneficiarán más que si se les riega con una manguera a mitad del día.
La elección de las plantas es también una buena manera de limitar el riego. De hecho, algunas plantas toleran la falta de riego mucho mejor que otras. Para el jardín, observe la vegetación local y favorezca las plantas nativas de su región, que estarán menos enfermas y serán mucho más resistentes a las variaciones climáticas.
En la huerta, hay que saber que las patatas, ciertas hierbas aromáticas como el tomillo o el romero, el ajo, las cebollas y las chalotas requieren muy poca agua una vez que su ciclo vegetativo está bien establecido.
En el jardín ornamental, piense en los pastos que crecen por sí mismos, poligalas, suculentas y otros cactus que permanecerán deslumbrantes a pesar de un largo período de sequía.
El formio, las palmeras, la yuca y las mimosas también pueden integrarse sin problemas en zonas donde el invierno sigue siendo suave. Para los setos elija arbustos fáciles como Viburnums, Eleagnus, Pittosporums y algunas coníferas que toleran bien la escasez de agua.