Cuando regar
Como cuidarlo
La planta del maníno necesita muchos cuidados, con un poco de atención se puede llevar a cabo su cultivo sin mayores problemas. Siempre teniendo en cuenta la atención al riego, puede ser suficiente ablandar el suelo añadiendo turba o un poco de arena y desyerbando un poco para mantener alejadas las malas hierbas. Una vieja práctica puede facilitar la fase de siembra, proceso del que nacen las vainas con el sabroso maní en su interior. Hablamos de apisonar, o mover la tierra y acercarla a la planta, para realizar una o dos veces después de la polinización cuando las flores comienzan a marchitarse. Labrar la tierra, especialmente cuando es un poco demasiado arcillosa, puede facilitar que los tallos se peguen a ella.
Como y cuando fertilizar
Con el tipo de suelo adecuado y la cantidad adecuada de agua, la planta de maní ya se encuentra en una situación ideal para crecer y proporcionar una gran cantidad de maní. Como leguminosa, de hecho, es bastante rústica y se adapta bien a casi cualquier tipo de suelo, aprovechando sus composiciones químicas y minerales. De hecho, no es necesario añadir nada durante la fase de siembra ni durante las primeras semanas de crecimiento. Por otro lado, cuando comienzan a formarse las características flores amarillas, puede ser útil brindar una ayuda extra, por ejemplo agregando fertilizante orgánico orgánico, útil para nutrir la planta con sales minerales y agregar sustancia orgánica al suelo. Generalmente, otros tipos de fertilizantes también pueden funcionar, lo importante es que sean ricos en fósforo y potasio.