Orígenes y propagación de la glicina.
El significado en el lenguaje de las flores.
El lenguaje de las flores, o florigrafía, se difundió en Europa en el siglo XIX, para expresar emociones que no se podían comunicar con palabras. Hoy en día es un lenguaje casi olvidado por completo, pero algunas flores todavía se consideran símbolos de ciertas emociones y sentimientos. En la época victoriana la glicina representaba el amor ardiente, obsesivo y apasionado, por analogía con la forma en que crece, rápidamente y en un movimiento en espiral, alrededor de un soporte. Esta simbología luego se desarrolló con el tiempo y hoy se considera la flor de la amistad precisamente porque, como esta última, crece y se desarrolla apoyándose en un soporte. Por tanto, si se da como regalo, la glicina es un signo de amistad que puede simbolizar, por ejemplo, una muestra de afecto, un simple gesto de agradecimiento o una petición de disculpa.
El significado de las glicinas en las culturas orientales.
En las culturas orientales, de donde proviene, el simbolismo de la glicina es más complejo y variado. El antiguo arte del Feng Shui considera las flores de glicina, por su forma de racimo, como el equivalente a la reverencia y la planta se toma como símbolo de honor y respeto. Para el budismo Shin, la glicina es un símbolo de humildad y reflexión. En la cultura japonesa representa la amistad: según la tradición, los emperadores traían pequeños bonsáis de glicina como regalo en sus viajes para demostrar amistad, benevolencia y voluntad de diálogo. Otro significado de glicina en las filosofías orientales es el de desarrollo de la conciencia: el método de enrollar la planta en espiral representaría de hecho la expansión de la conciencia humana, desde el interior hacia una conciencia superior.