Daños
Responsable Larva de una polilla nocturna Thaumetopoea pityocampa que pertenece a la familia Notodontidae y al orden Lepidoptera. La oruga es marrón con manchas anaranjadas. Está cubierto de pelos que pican. Daños Mechones de agujas amarillas, grandes nidos que forman bolas blancas de cerdas lanudas en la parte superior de las ramas orientadas al sur. Los árboles pueden entonces perder sus agujas, pero los ataques de las orugas procesionarias no causan su muerte.
Urticante para las vías respiratorias de humanos y animales. Período Todo el año. Peligroso para los humanos y animales en primavera. Plantas Estas plagas atacan a los pinos (pino negro austríaco, marítimo, de Salzburgo, Laricio o de Monterrey) Condiciones Exposición y calor en el sur.
Tratamientos
Tratamiento preventivo
Tiras de pegamento en los troncos.
Tratamiento biológico
Trampas de feromonas para atrapar machos.
Favorecen la biodiversidad y los depredadores naturales como el cuclillo, el abejorro o el gran cálao, un escarabajo cuyas larvas se alimentan de orugas. Algunas avispas, así como un hongo (el cordón umbilical) pueden ser eficaces.
Bacillus thuringiensis en otoño.
Tratamiento químico
Diflubenzuron en invierno.
Puntas
La oruga procesionaria pone sus huevos (entre 70 y 300) en las agujas de pino en agosto. Éstos eclosionarán entre un mes y un mes y medio después, entonces construirán un refugio de seda común en la parte superior de la rama de pino, en el lado orientado al sur. Salen sólo por la noche para mantener el nido, pero también para alimentarse.
En la primavera, dejan el nido, formando una procesión para enterrarse a sí mismos para proceder a la ninfosis, que puede durar de varios meses a varios años. Una tarde de verano, emergerán del suelo en forma de mariposa para reproducirse.
Es en primavera cuando la oruga es más peligrosa para los humanos y los animales domésticos, porque sus pelos muy urticantes se dispersan en el viento. Durante sus procesiones, los animales (especialmente los perros) pueden olerlos o tragarlos. Una visita al veterinario será entonces imperativa para salvar al animal cuya lengua presenta hinchazones y luego un cambio de color, volviéndose púrpura antes de la necrosis.
Para los humanos, los riesgos son múltiples: picor, urticaria, conjuntivitis, estornudos, dolor de garganta, dificultades respiratorias, reacciones alérgicas…
En el caso del pino, la oruga rara vez causa un daño significativo. Sin embargo, es posible cortar y quemar las zonas afectadas en invierno para que sea efectivo. Las trampas de feromonas cuidadosamente colocadas y las tiras de pegamento en los troncos completarán el sistema.
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