Árbol de alcanfor

Alcanfor: características generales

El alcanfor es un árbol de hoja perenne que no tiene unas dimensiones concretas, varían entre los 20 y unos 35 metros de altura. También se llama Cinnamomum camphora y es originaria de las regiones del sur de Asia. Su estructura está compuesta por un tallo recto y una corteza rugosa de color marrón grisáceo surcada de la que parten las ramas. El follaje es ovalado, puntiagudo y de color verde oscuro; los ejemplares jóvenes de hojas que se van formando tienen un color rojo vivo con vetas verdes. Durante la temporada de primavera, se pueden ver inflorescencias blancas en forma de oreja, que pasan desapercibidas. A estos le siguen pequeños frutos en forma de frutos rojos que, cuando alcanzan la madurez, adquieren un color típicamente negro. En el pasado, se extraía un aceite del árbol de alcanfor utilizado en la medicina herbal y para protegerse de los molestos insectos. Resulta muy dañino para los humanos, y si los frutos son ingeridos por animales pueden provocar esterilidad.

Árbol de alcanfor: cultivo


El cultivo del árbol de alcanfor puede realizarse tanto en el suelo como en macetas, como el bonsái. Este ejemplar debe plantarse en un lugar parcialmente sombreado o a pleno sol; No hay que preocuparse por los climas fríos porque son capaces de soportar bajas temperaturas, sin embargo, hay que tener mucho cuidado con las heladas que se producen durante la temporada de primavera ya que pueden arruinar los nuevos brotes. No necesitan cuidados culturales específicos como la poda o la fertilización, los riegos deben ser regulares solo para ejemplares jóvenes aún en fase de desarrollo, mientras que los árboles de cierta edad son capaces de soportar incluso largos periodos de sequía. Dado su desarrollo, se suele plantar en parques públicos o en grandes espacios. En cuanto al suelo, el alcanfor prefiere suelos ligeramente ácidos, sueltos, frescos y bien drenados. Conviene mezclar abono orgánico maduro, arena o piedra pómez con la tierra, para que quede bien drenado y evite uno de los problemas más temidos: el estancamiento del agua que puede provocar la muerte.

Árbol de alcanfor: multiplicación


La multiplicación del árbol de alcanfor ocurre por semillas o esquejes semi leñosos. Las semillas se pueden tomar directamente de la planta cuando los frutos alcanzan la madurez, asumiendo un color típicamente negro. La pulpa que los rodea se elimina y se siembra colocándolos en un suelo bien drenado y con una ligera humedad para facilitar su germinación. El corte se practica durante el final de la temporada de primavera y el comienzo de la de verano. Se corta una rama joven, se coloca en una maceta que contiene tierra de jardín mezclada con arena o piedra pómez, se riega prestando atención al estancamiento del agua, y solo después de que produce un sistema de raíces autónomo, se puede plantar en el suelo. También en este caso, la planta debe regarse con regularidad pero teniendo cuidado de no pudrir las raíces.

Árbol de alcanfor: aceite de alcanfor

En ocasiones, el árbol de alcanfor se cultiva para poder explotar algunas de sus partes, como la corteza que se utiliza para la extracción de un aceite utilizado en innumerables campos, desde el de la cosmética hasta el de la fitoterapia. Diluyendo las mismas cantidades de aceite de alcanfor y aceite de almendras dulces es posible masajear las áreas magulladas del cuerpo. Además de esto se puede utilizar para masajes que liberan tensión muscular; si en cambio se mezcla con manteca de karité, se obtiene una pomada que ayuda a respirar, cuando tiene problemas con los bronquios o tos con grasa. Alternativamente a todo esto, se pueden disolver unas gotas de aceite de alcanfor en la bañera llena de agua, una forma de relajarse pero también de aliviar los dolores reumáticos y estimular la circulación sanguínea.

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