Campánula

Cuando y cuanto regar

Las campanillas son un género de plantas perennes, anuales o bienales con una característica forma de campana. En total, las especies son más de trescientas, algunas de las cuales alcanzan algunos centímetros de altura y otras superan los 2 metros. Algunas especies son nativas de Asia Menor, otras europeas y las cultivadas son unas 30. La característica flor en forma de campana puede ser de diferentes colores, morado, amarillo, azul, rojo, blanco o rosa. Por lo general, la campanilla se usa como flor de borde en el jardín o como planta de cobertura del suelo en áreas rocosas. Desde el punto de vista del riego, no requiere una atención especial y debe regarse cada dos semanas, a menos que las condiciones climáticas sean particularmente cálidas y secas. Ciertamente, el suelo ligeramente árido es preferible en lugar de demasiado empapado y, si quieres una floración especialmente exuberante, un poco de abono es imprescindible. La campanilla crece bien en cualquier tipo de suelo, siempre que esté bien drenado porque no le gusta el agua estancada. Si se quiere cultivar en macetas, no es recomendable que quede agua en el platillo: el suelo debe estar húmedo, pero no empapado.

Como cuidarlo


La campanilla no necesita cuidados especiales para vegetar tranquilamente, un poco de complemento nutricional durante el período de floración permitirá que las flores se mantengan exuberantes por más tiempo y, si quieres estar seguro de que el agua no pudre las raíces, conviene añadir grava o arcilla expandida al suelo. El suelo ideal es el de las plantas con flores, evitando cuidadosamente los compuestos demasiado ácidos y llenos de turba. Las campanillas son plantas consideradas rústicas y no temen el frío o las condiciones climáticas adversas. Son plantas que vegetan tranquilamente por sí mismas simplemente con la lluvia, a menos que existan condiciones particulares de sequía. Las numerosas especies de campanillas se compran listas en pequeñas plantas para ser trasplantadas y pueden propagarse por división o con semillas. Para germinar, las semillas deben colocarse en otoño sobre una alfombra de algodón a una temperatura constante de 12 grados; la propagación por división es igual de simple, simplemente corte un trozo de planta cerca de un nodo e insértelo en un suelo fértil y húmedo.

Cuando fertilizar


La campanilla debe ser fertilizada con regularidad si se desea obtener flores exuberantes, aunque es una planta rústica y no necesita condiciones particulares para vegetar libremente. Ya sea que se cultive en el jardín o en macetas, la campanilla necesita una fertilización constante, tanto durante el crecimiento como durante la floración. En particular, el fertilizante para plantas con flores debe administrarse cada 15 días y es preferible un fertilizante que contenga poco potasio y un alto contenido de nitrógeno; esto favorecerá el desarrollo de muchas flores en lugar de hojas y ramas verdes. Cuando la planta está al aire libre en el jardín es recomendable fertilizar cada dos o tres meses con un producto específico para plantas con flores, aumentando la frecuencia de marzo a octubre. Para plantas en macetas, es mejor administrar con más frecuencia, incluso una vez a la semana durante el período de floración, un fertilizante diluido con agua. También existen en el mercado fertilizantes granulados de liberación lenta que deben utilizarse exclusivamente durante el período vegetativo. La campanilla no debe podarse, pero para que crezca más exuberante es aconsejable limpiarla en primavera y otoño de hojas y flores secas.

Campanula: exposición y posibles enfermedades


La campanilla prefiere una posición de sombra parcial y sería perfecto si tuviera sol por la mañana y sombra por la tarde. Algunas especies se desarrollan bien a plena sombra y otras a pleno sol, depende del tipo, y es recomendable informarse en el vivero donde compraremos nuestra planta. La floración es bastante lenta, pero cuando florecen resisten bien a los hongos y parásitos. Para combatir los pulgones se necesitan los insecticidas adecuados, al igual que los caracoles, que son frecuentes en primavera y otoño. La enfermedad más común de las campanillas es la roya de la hoja, que debe combatirse limitando el riego y la fertilización. Al final del invierno y principios de la primavera, las campanillas deben podarse para permitir que crezcan los nuevos brotes y limitar el desarrollo de moho. Cuando las hojas se secan y los cogollos se marchitan significa que los riegos son insuficientes, y viceversa, cuando la planta no florece, significa que son excesivos. Las hojas amarillas, marrones moteadas y arrugadas son un claro síntoma de plagas, especialmente la araña roja, a la que se combate con un insecticida adecuado.

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