Fenestraria: notas botánicas
Fenestraria: condiciones climáticas y terreno
Como la mayoría de las suculentas, Fenestraria tolera muy bien las temperaturas suaves y áridas, pero apenas sobrevive a climas duros durante largos períodos. La siembra se puede realizar hacia marzo y la planta se puede conservar tanto en interior como en exterior, evitando en este último caso la exposición a heladas invernales y lluvias estacionales. Las temperaturas óptimas de crecimiento están entre 10 ° C y 15 ° C. De lo dicho se desprende que el cultivo fuera de la Fenestraria debería realizarse idealmente en un invernadero o, en cualquier caso, en un lugar protegido. El suelo de cultivo debe permitir un buen drenaje del agua para evitar el estancamiento del agua: basta con añadir arena o grava fina al suelo universal, fácilmente disponible en el mercado,
Fenestraria: siembra y cuidado
La siembra de Fenestraria se realiza en primavera, cuando las temperaturas se vuelven más suaves. Las plántulas nacidas deben luego trasplantarse a macetas más grandes. Un método alternativo a la siembra que se puede realizar en verano es el método por esquejes: quitar algunas hojas, secarlas y plantarlas en una maceta. Los trasplantes deben realizarse siempre en primavera. Fenestraria sufre de estancamiento hídrico por lo que el riego debe ser modesto, prestando atención a las necesidades reales de la planta: si el suelo está húmedo es aconsejable evitar el riego. Sin embargo, la operación debe realizarse por la noche y en invierno, cuando se acentúa la humedad, es posible suspender por completo el riego. No es necesaria la poda, salvo la eliminación de hojas secas y / o enfermas.
Fenestraria: adversidad
Como ya se mencionó, Fenestraria se ve particularmente afectada por el exceso de agua, lo que puede provocar la pudrición del sistema radicular. Otra condición imprescindible para la supervivencia de la planta es la radiación solar: cuando esta es menor, el color de las hojas pierde su saturación y la planta puede saltarse la floración. Fenestraria es refractaria a casi todas las enfermedades pero es muy susceptible al ataque de la araña roja, que en verano puede atacar la página inferior de las hojas de la planta, llevándolas a la despigmentación con el consiguiente secado y caída. A la luz de esto, es evidente cómo una correcta exposición a la luz y una especial atención en el riego pueden conducir a resultados óptimos.
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