Cuando y cuanto regar
Como cuidarlo
Los árboles de Ginkgo biloba son muy apreciados por su elegante follaje, que se vuelve amarillo antes de caer. Para cultivar ejemplares sanos y vigorosos conviene tener en cuenta que estas plantas necesitan una atención cultural diferente. De hecho, requieren un espacio adecuado para lograr el máximo desarrollo. Prefieren suelos ácidos, arcillosos y ricos en humus, pero también pueden adaptarse a otros contextos si se garantiza un óptimo drenaje del riego. No temen las frías temperaturas invernales y pueden soportar las duras condiciones climáticas por debajo de los 20 grados bajo cero. Además, no les afecta la salinidad, se desarrollan sin gran dificultad en las zonas costeras y los ejemplares ya adultos resisten breves periodos de sequía.
Cuando y como fertilizar
Las plantas de Ginkgo biloba pueden tardar mucho en echar raíces. Por este motivo es útil a la hora de plantar colocar algún abono de estiércol maduro en el fondo del hoyo para mezclarlo con el sustrato. De esta forma, el árbol tendrá a su disposición todos los nutrientes necesarios para crecer bien. Anualmente, es posible repetir la operación utilizando un fertilizante granular de liberación lenta, que se administrará con la llegada de la temporada de otoño. Es importante elegir un producto específico para este tipo de plantas, preferiblemente uno que contenga un menor nivel de nitrógeno, en comparación con macroelementos como el fósforo y el potasio. Alternativamente, puede optar por abono maduro para esparcir alrededor del collar en los meses de primavera y otoño.
Ginkgo: exposición, enfermedades y remedios
Ginkgo biloba son árboles que aman la luz y prefieren lugares soleados. Si se cultivan en las regiones del norte se pueden colocar hacia el sur, lo importante es que el contexto ambiental esté bien ventilado. En las zonas del sur estos ejemplares pueden verse afectados por el excesivo calor del verano y para no someter a las plantas a una condición de sufrimiento, puede ser aconsejable plantarlas en el este. De esta forma, se aseguran varias horas de luz, protegiendo al Ginkgo biloba de la exposición excesiva al sol. Este tipo de planta es resistente a los ataques de parásitos, al mismo tiempo que teme el estancamiento que puede comprometer el desarrollo y provocar la aparición de podredumbre y moho. Para evitar estas eventualidades, es fundamental asegurar un sustrato bien drenado.
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