Rosa floribunda

Rosa floribunda

La rosa Floribunda es una variante relativamente reciente de la rosa, nacida en el transcurso del siglo XX a partir de la hibridación de las rosas Polyanthe y Tea. El resultado es una planta muy apreciada por los amantes de las rosas, capaz de producir arbustos muy ramificados y con una floración densa, caracterizada por grandes flores con muchos pétalos, recogidos para formar manchas de color. Otra característica muy apreciada que ha favorecido su difusión es el escaso desarrollo de esta planta, que no alcanza grandes alturas y puede encontrar también su lugar en pequeños jardines, donde se quiera crear pequeños parterres o setos divisorios. La elección, dentro de la categoría de rosas floribunda, es sumamente variada: hay muchas variedades de esta espléndida planta,

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El cultivo de rosas floribunda requiere, como con todas las rosas, un poco de atención ya que son plantas delicadas. Se trata de rosas que aman el sol: la exposición ideal es aquella que les permita recibir la luz solar directa durante varias horas al día, incluso si, en el caso de un clima especialmente caluroso en verano, es recomendable buscar una posición semi-sombreada. Una exposición soleada requerirá, en particular, un riego frecuente, que sin embargo no debe ser demasiado abundante: la floribunda roseteme el estancamiento del agua y, por esta razón, es mejor proporcionar más riegos juntos que esporádicos y abundantes. Por la misma razón, será necesario un suelo bien drenado rico en sustancia orgánica, que se enriquecerá periódicamente con un fertilizante adecuado durante el período de recuperación del ciclo vegetativo de la rosa.

Enfermedades y parásitos


Los hongos, pulgones y cochinillas son los principales enemigos de la rosa floribunda: es importante recordar que las rosas son delicadas y corren el riesgo de ser atacadas con frecuencia por este tipo de organismos plaga. Los tratamientos preventivos no son necesarios para todas las plantas, pero para las rosas en particular, se recomiendan ya que su salud a menudo corre peligro de verse comprometida por hongos o parásitos. La presencia de enfermedades fúngicas se encuentra, en particular, por la presencia de grandes manchas en las hojas, que tienden a amarillear, mientras que los parásitos se revelan por la presencia de pequeñas manchas que salpican las hojas y flores. Tan pronto como se detecte la presencia de este tipo de organismos plaga, es necesario intervenir con productos específicos que puedan erradicar por completo la infestación,

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