Sclerotinia

Sclerotinia

Entre los parásitos y enfermedades fúngicas que amenazan los cultivos, la esclerotinia es uno de los principales enemigos, ya que es capaz de reproducirse rápidamente y provocar la muerte de la planta atacada. Sclerotinia es un hongo que pertenece a la división Ascomycetes. La familia Sclerotiniaceae incluye varias especies, cuyos efectos varían considerablemente, así como las plantas y cultivos más afectados. Sin embargo, los síntomas que revelan la presencia de una infección por esclerotinia son bastante homogéneos y pueden identificarse fácilmente: la planta afectada mostrará de hecho el color amarillento de sus partes en una primera etapa y luego llegará a la necrotización de las manchas con la característica forma circular, que adquieren un color más oscuro. Con el’ a medida que avanza la infección, las manchas se hacen cada vez más grandes y su forma pierde regularidad, lo que lleva a una vasta colonización que hace que la planta se pudra y muera. La intervención oportuna, junto con una cuidadosa prevención, es fundamental para evitar el ataque de este parásito o para poder erradicarlo sin dañar la planta.

Plantas propensas a infecciones


Sclerotinia es un hongo que ataca a varias especies de plantas. Uno de los más característicos y quizás el más extendido es la esclerotinia homeocarpa, que afecta a las superficies herbáceas dándoles un característico color amarillento y una forma de las manchas que se asemeja a la del símbolo del dólar (de ahí el nombre comúnmente utilizado de «Mancha del dólar»). Sclerotinia sclerotiorum, por otro lado, afecta principalmente a hortalizas y tubérculos, formando masas algodonosas en el cuello de las plantas, sustrayéndoles nutrientes importantes y posteriormente llevándolas a la muerte. Diferentes formas de esclerotinia son responsables de la muerte de vegetales diferenciados: la esclerotinia minor ataca a los vegetales más comunes, la cinerea a las drupaceae, la fructígena a las pomaceas. Los síntomas son en su mayoría los mismos: la formación de manchas destinadas a agrandarse y oscurecerse a medida que avanza la enfermedad. Sclerotinia monilia, en cambio, se puede encontrar en flores y en particular en rosáceas: incluso los cultivos con fines decorativos, por lo tanto, deben protegerse en este sentido y defenderse de posibles ataques. Esta clasificación es suficiente para subrayar cómo la esclerotinia es un parásito generalizado en los huertos y jardines, y lo importante que es cuidar adecuadamente la vegetación para evitar que sus plantas y cultivos mueran.

Defensa agronómica


Si la propagación de la esclerotinia constituye una amenaza para muchas especies de plantas, tiene una importancia considerable no solo en la defensa química y la intervención oportuna, sino también, en la medida de lo posible, en la prevención. Esto se puede lograr mediante productos químicos, pero también mediante un comportamiento adecuado en las diferentes etapas del cultivo. Un factor que juega a la gran ventaja de la esclerotinia es la presencia de humedad y estancamiento de agua: por este motivo es importante evitar que las plantas estén excesivamente húmedas especialmente en las horas más frescas del día, interviniendo también si es necesario para eliminar la mañana. Rocío. Será preferible regar por la mañana y la eliminación de zonas sombreadas que puedan favorecer la formación de estancamiento, mientras que un fertilizante adecuadamente nitrogenado será un excelente remedio preventivo para el desarrollo del hongo parásito. La perforación del suelo permitirá el correcto paso del aire, que también debe favorecerse dentro del césped. Una planta sana y robusta es una planta más resistente a los ataques de plagas: evitar demasiados cortes y asegurarse de que la planta crezca exuberantemente en condiciones ambientales favorables ya es un buen método preventivo.

Sclerotinia: defensa química


Si, a pesar de todos los cuidados y atenciones prestados, aún se observan puntos sospechosos en la planta, es bueno intervenir de manera oportuna, averiguando su naturaleza y cuidando de correr a cubrirse antes de que el hongo provoque la muerte de la planta y también se propaga a los cultivos cercanos, dañando todas las plantas presentes. Si las manchas están localizadas y la enfermedad se encuentra en una etapa temprana, será posible eliminar la parte afectada de la planta y adoptar más métodos preventivos. Sin embargo, esto debe hacerse atendiendo a las necesidades de la planta y en todo caso garantizando la posibilidad de una vida y desarrollo regular y saludable. Si, por el contrario, no es posible erradicar completamente la presencia del hongo de esta manera, es necesario prever el uso de productos específicos de origen químico. En esto, se utilizarán pesticidas, que contienen principalmente propiconazol o iprodiona. El tratamiento debe realizarse cada 15-20 días durante al menos un año después de que aparezcan los primeros signos de la enfermedad. Los tratamientos químicos deben seleccionarse de forma que no dañen la planta y sean eficaces para combatir la enfermedad erradicando por completo la presencia de esclerotinia, para evitar que el parásito se vuelva a propagar al final del tratamiento.

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